□Historia ambientada en el tiempo de los dioses griegos□
Debajo de la tierra, vivía un semidíos; de hombre era su cuerpo y de topo su tez. Rapto a un doncel llamado Stiles, que a su túnel llevó y aunque el chico no era un dios, de él se enamoró.
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Fue algo muy chocante para toda la comunidad griega, enterarse de la abrupta muerte de Lord Stilinski, también la de su bello hijo Stiles y el joven Isaac Lahey.
El príncipe Jackson, sumido en una fuerte tristeza, de todas formas aceptó hacerce cargo de los preparativos del funeral y la sepultura. Decidió que el funeral se celebraría al cabo de dos días, a fin de que Stiles y su padre fuesen enterrados juntos. Lydia y su madre se ocuparían de organizar el entierro de Isaac, ya que el niño huérfano no tenía a nadie, ni familiares ni tampoco amigos, a excepción de la pelirroja, Scott y Chris.
Por lo qué; los soberanos ordenaron que el chico de rizos fuera sepultado cuanto antes, para centrar la atención de el reino completamente en los Stilinski.
—Señor, es un muerto encantador; verdaderamente, ha sido un privilegio ocuparme de él. ¡Oh, sí, hara honor a nuestra empresa! —expresó la mujer que procedió al tocado mortuario, que ahora conversaba con Scott, usando un tono confidencial y profesional.
Los ataúdes donde Stiles y Noah reposaban, estaban colocados en la estancia principal. Los trabajadores de pompas fúnebres estaban llevando a cabo hasta el mínimo detalle. Jackson supervisaba en silencio, con los ojos vidriosos. Mientras Chris y Scott fingian escuchar hablar a la mujer.
Lydia y su madre, estaban en el cementerio, despidiendo a Isaac. Así que la casa era fría, silenciosa y vacía, las cuatro doncellas estaban calladas, quizá por primera vez en sus vidas.
Había profusión de flores blancas, que tornaban el espectáculo menos penoso. La mortaja ocultaba el semblante del difunto Stiles; pero Chris levantó suavemente una esquina, entonces todos en la estancia quedaron sobrecogidos ante la belleza de las facciones iluminadas por los cirios. En la muerte, Stiles era tan hermoso como antes de su "enfermedad", y las horas transcurridas desde que exhalo el último suspiro sólo habían servido para realzar tan singular hermosura, hasta el punto de preguntarse ¿Realmente se hallaban ante un cadáver?
Scott reflexionó profundamente. No lo había amado tanto como Chris o Jackson, por lo que sus ojos no estaban arrasados en lágrimas.
—Regresaré en unos momentos. —comentó el latino, saliendo de la estancia.
Cuando volvió, el doctor Peter Hale estaba con él, el hombre mayor llevaba en la mano unas flores de ajo, sacadas de una caja que había en el pasillo, que aún no habían abierto. Colocó aquellas flores por todas partes, en medio de las demás, y alrededor del lecho. Después, se quitó del cuello un crucifijo de oro y lo colocó sobre los labios de Stiles. Una vez más la mortaja cubrió de nuevo su rostro, y todos siguieron con sus asuntos.
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Chris estaba desnudandose en su habitación, cuando llamaron a la puerta y apareció Peter Hale.
