Capitulo 14

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Sus manos sujetaron con odio mi cabello, jalandome a la habitación - Vas a portarte como mi omega que eres, vas a ponerte lindo para mi y vas a complacerme como debes!!!.

- No voy a hacerlo!!! - grave error, se que fue un error cuando su mano golpeó mi cara, haciéndome sentir indefenso, temblaba asustado, jamas lo habia visto molestó, habia llegado a su limite, lo habia hecho enojar al sentir mi excitación, no fue la unica ocasión que golpeó mi rostro, antes de estar satisfecho, mi cara dolia, pero mas aun, mi corazón, al oírlo llamar a alguien para dar una lección adecuada a un alfa que no sabia respetar las posesiones ajenas, el miedo me consumió, debia alertarlo, tome mi celular, mis manos temblaban.

- No cariño, no vas a ponerlo en alerta - me habia quitado el móvil - es tarde, debiste pensar las cosas con seriedad.

- Por favor, no le hagas nada, haré lo que sea, lo que sea, no le hagas daño - me sonrío de medio lado, burlandose.

- Eso me gusta, iremos a pasear Yuri, como los viejos tiempos, esta noche reafirmare la marca y sera con mucho amor.

Mis manos temblaban, mis dedos no sostenían las cosas que tocaban, todo se me caía de las manos, mis piernas flaqueaban, sentía un nudo en la garganta que me impedía respirar, busqué una base de maquillaje en mi cajonera, buscando quiza eliminar las huellas de haber sido maltratado por el alfa al que le confíe mi vida, me puse mis mejores ropas, la más reveladora posible, y reaccioné, desde cuando era un tipo sumiso?, desde cuando dejaba que utilizarán mi rostro como costal de box?, ah si, ya lo recuerdo, desde que me enamoré de Otabek, desde ese día me volví estúpido, el azabache no tardó demasiado en entrar a la habitación, sus sucias manos tocaban mi piel descubierta dandome besos en mi cuello y pasando su lengua por el mientras se miraba al espejo - esta noche Yuri recordarás porque me has amado tanto - asentí con la cabeza, mientras seguia sintiendo sus manos en mi piel y bajo mi ropa, me sentía morir pero no lo demostraría, era el orgullo que me quedaba.

Bajamos al auto, comenzaba a llover, el no hacía nada mas que acariciar mi rodilla, haciendome sentir asco y repulsión, la gente corría en las calles tratando de atajarse del aguacero, moví mi mano en cuanto me di cuenta que el alfa estaba apurado contestando un mensaje en su celular, quitandole el seguro tratando de no hacer ruido, en cuanto observé el semaforo en verde abrí la puerta tropezadome en el piso, era la oportunidad de huír, los claxon obligaban a Jean a avanzar, pero no importandole salió del auto corriendo hacia mi - por favor ayúdenme!!!, ayuda!!! - gritaba, la gente me observaba, el maquillaje se estaba cayendo, dejando ver las manchas rojas que cubrían mi rostro, nadie se apiadaba de mí y sus pasos largos me alcanzaban - ayuda!!, ayuda!!, va a matarme!! - eso sentía, sentía que su odio hacia mi terminaría en números rojos, que mi nombre sería el estelar de las noticias en la televisión, o terminaría siendo parte de la primera plana del periódico de la sección policíaca, y formaría parte de las estadísticas, sentía que el me mataría esa noche, la sensación de muerte bajaba por mi garganta, me había golpeado, me había humillado, y la forma en la que me miraba reflejaba dolor, un alfa dolido era capaz de incluso terminar con la vida de su compañero, un orgullo herido era letal.

Corrí lo más que pude, nadie iba a mi ayuda, el fue más rápido, me jaló hacia el auto casi arrastrándome, de nuevo nadie estaba conmigo, nadie estaba a mi lado, nadie me apoyaba, mi vida se escapaba de mis manos, el me llevaría a cenar pero, logre hacerlo enojar, me jalo a un hotel de cinco estrellas, la gente me miraba, de seguro las marcas en mi cara que deberían ya de haber tomado un tono amoratado los asustaba, pero nadie decía nada.

El me aventó a la habitación como si no fuera nada - quítate la ropa!!!, quítatela!! - mis manos temblaban, no podía desabrochar cada botón, pero el me jaló, rompió mi ropa, sus manos acariciaron mi piel desnuda y mojada por la lluvia, su boca besaba mi piel con desesperación, mientras que me sentía lleno de asco y repulsión, mi cuerpo se paralizó en cuanto uso su voz de mando en mi - quedate quieto!! - no pude hacer nada, ni siquiera gritar, solo sentí el dolor tremendo de su miembro entrando en mi, las lágrimas corrían de mi rostro, cuando tocaron la puerta, una vez, dos veces, un sonido fuerte lo hizo detenerse.

Abrieron la puerta de una patada, era Viktor, mi hermano, quien inmediatamente se fue contra el a los golpes, Yuuri me cubrió, me sentía humillado y estúpido, pero había sido salvado, me habían visto correr desesperado uno de los alumnos de Yuuri, me habían salvado la vida.

La policía llegó después, fui llevado al hospital, triste y desolado, las pruebas médicas revelaron varias costillas rotas, y mi tabique nasal desviado, no podía respirar, me sentía humillado y ultrajado, sentía que había sido sentenciado por el alfa, que alguna vez amé con locura.

No tardó demasiado en que Otabek entrara a la habitacion del hospital, fingía dormir, no quería cruzar miradas con el, porque se que me desharia en pena, con el no podría fingir ser fuerte, porque sabía bien que no lo era.

Las noches eran duras y difíciles después de haber vivido ese pequeño infierno, despertaba aterrado sintiendo a mi alfa ultrajarme de nuevo, podia jurar que el mismo dolor que sentí aquel día regresaba a mi, los brazos cálidos de Viktor me permitían llorar, me permitían sentir por un momento que era de nuevo aquel niño que lloraba porque su juguete se había roto, y no el hombre que sufría por ser violado por el hombre que juró me amaría para siempre.

Jean estaba preso, aun en las averiguaciones previas, el escándalo exploto, todo el mundo se enteró de que aquel alfa había cometido un delito sexual contra su omega, fui dado de alta en medio de reporteros chismosos y la prensa amarillista, destruido, aun con la herida supurando en mi.

Tu no sabes amarWhere stories live. Discover now