Serpentine, ch. 29

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PARTE OCHO: 

CONSPIRACIONES Y PLANES

CAPÍTULO VEINTINUEVE

Durante el resto de la semana Harmony aguantó entrenamientos duros, aunque ninguno fue eficaz. Estaba agotada mágicamente, físicamente y, especialmente, emocionalmente. Su Maestro había sido despiadado a la hora de bombardearla con amenazas e insultos. Harmony sabía que con sus palabras tenía la intención de provocar, por lo que luchó contra el ansia de tomárselo como algo personal, pero eso solo funcionó durante los primeros días. Al final de la semana, su Maestro estaba comenzando a afectarle. Su lengua estaba llena de heridas por habérsela mordido para no responderle. Volvía a la cama con él al final de cada día, negándose a intercambiar ningún insulto. 

No ayudaba que tuviera constantemente una sonrisa ladeada en su hermosa cara, como si él supiera algo que ella no. Hmph, Harmony se gruñó a ella misma. No lo sabe todo. 

Para hacer su semana más insoportable, recibían visitas diarias de los encantadores Malfoy. Cada vez que Lucius y su hijo aparecían, Voldemort mandaba a Draco y Harmony a algún sitio para que él y Lucius pudieran hablar en privado. 

Los pequeños brujos solían sentarse y quejarse sobre lo injustamente que estaban siendo tratados. Durante una reunión particularmente larga entre los dos adultos, Harmony y Draco decidieron caminar por los terrenos de la mansión Riddle para evitar caer en el aburrimiento. 

Draco le contó a Harmony todo sobre Hogwarts, historias sobre la vuelta de un maestro de pociones, Horace Slughorn, y su club "idiota e inútil" en el que, irónicamente, deseaba poder estar. 

"El hombre tiene un gusto terrible en los estudiantes," dijo Draco. "Incluso tiene a ese fumeta de Potter en su club, igual que la comadreja pelirroja de su novia. Dios, me provoca nauseas. Hogwarts ya no es una escuela, te lo digo. Es una maldita granja de pobr-"

"¿Te ha dicho tu padre algo interesante del Ministerio?" Interrumpió Harmony, resistiendo las ganas de golpearle. 

"Solo que están más cerca de encontrar la forma de llegar al Armario Evanescente," respondió seguido de una débil risa, aunque rompió su emoción contenida añadiendo, "Sin presiones, ¿cierto?"

"Hey, sabes tanto como yo," dijo suavemente. 

"¿Pero sobre qué te tienes que preocupar ?" señaló Draco enfadado. Él dejó de caminar y se colocó en su camino. 

"¿A qué te refieres?" preguntó nerviosamente. 

"No veo a tu padre respirando sobre su cuello y observando cada movimiento que haces, esperando a que te equivoques. No veo a tu madre apartada con lágrimas en sus ojos, mirándote como si fuera la última vez que fuera a verte. Estoy seguro de que el Señor Oscuro no te ha amenazado de muerte una y otra vez como lo ha hecho conmigo. ¿No lo entiendes?"

Harmony observó a su enemigo romperse. No es más que un chico asustado, se dio cuenta. Este era el mismo Draco —el mismo compañero egoísta y bocazas que había insultado a sus amigos innumerables veces. Pero... no podía echarle la culpa por tener miedo. 

Draco se recostó sobre un árbol cercano y se deslizó hacia una cama de musgo. Harmony se dejó caer a su lado. Ella se había sentido como él cuando llegó por primera vez a la mansión Riddle. Pero mientras que a Draco le habían dado una misión abrumadora, a Harmony le habían pedido que dejara toda su vida atrás. 

Con duda, Harmony pasó su brazo por los hombros de Draco. Esperó pacientemente hasta que su llanto cesó. 

"Solía tener miedo de este sitio," admitió Harmony. 

ꜱᴇʀᴘᴇɴᴛɪɴᴇ ꜱᴇʀɪᴇꜱ | ᴛᴏᴍɪᴏɴᴇWhere stories live. Discover now