13| ¿Prueba o castigo?

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¡Carajo!

Respiré otra vez, intentando desatar el nudo que tenía formado en mi garganta. Realicé varias respiraciones seguidas, expulsando el aire por la boca y sequé mis manos en mi ropa.

-Tranquila, Az, esto es un aprueba... Tranquila -me dije para poder calmarme... pero sabía que faltaba poco para mi derrumbe. Mi labio inferior tembló y me deshice en sollozos, tenía miedo, mucho. Mi cuerpo temblaba y un molesto escalofrío recorrió mi espalda de arriba a abajo.

Cuando acepté la "prueba" de Ravena, nunca pensé que fuera permanecer cuatro horas en una habitación completamente oscura. Al parecer ella sabía de mi fobia y lo había utilizado en mi contra.

Sentándome en el suelo, me hice un ovillo, sentía pasos y la mirada de alguien sobre mí. Era mi imaginación, lo sabía, pero no por eso dejaba de parecerme real. Llevaba aquí casi seis minutos, no podía soportarlo más... Tanta oscuridad era asfixiante.

-¡Ravena! -grité y el sonido fue desgarrador-. ¡Ravena! ¡Sáquenme de aquí!

Grité aun más fuerte, llorando sin consuelo, ¿por qué había accedido a esto?

-¡Sáquenme de aquí, por favor!

Las lágrimas ya rodaban sin control por mis mejillas. No podía soportar el miedo, me volteé bruscamente porque sentí un soplo en mi hombro, pero no pude ver nada. Me estaba faltando el aire y me dolía el pecho de lo duro que mi corazón bombeaba contra mis costillas. Volví a sollozar, maldiciendo por lo bajo el dichoso día que puse un pie en aquel barco; mi vida ha sido un completo caos desde entonces.

Comencé a hacer ejercicios de respiración y a tararear la canción Happy para intentar distraerme. Pero el temor me oprimía la garganta, impidiendo que me concentrara en la letra. ¿Dónde carajos estaba Adriel? Ya le había mandado tres señales de alerta y de él nada.

Mi intento de respiración falló y terminé llorando otra vez.

-Hola Azahara -la voz de Ilewis canturreó en medio del frío y agobiante silencio.

-No... No estoy para lidiar contigo ahora, Ilewis -logré decir, aun cuando mi garganta estaba hecha un nudo. Me concentré en respirar y limpié el sudor de mi frente con el dorso de mi mano.

La niña se me acercó y acarició mi frente, la aparté de un manotazo

-¡Déjame en paz! -bramé. Su cuerpo refulgía, como la luz de la luna llena reflejada en un lago. Pude ver cómo en sus facciones se dibujada una mueca de dolor, mi gesto la había herido. Volví a llorar y ella me abrazó-. Lo... lo siento.

Pedí, aferrándome a los vuelos de su vestido. Era tan reconfortante aquel contacto.

-Shhh, ya. Yo también sé lo que es sentir miedo. Tengo pánico de mí misma a veces.

Continué llorando porque tanta oscuridad me agobiaba, un minuto minutos más y caería en un colapso. Mi llanto comenzaba a cobrar fuerzas, al igual que los temblores de mi cuerpo.

-¿Recuerdas lo que te enseñó Adriel? -comentó Ilewis, acariciando mi cabeza y quitando algunos mechones de mi frente-. Tú puedes crear luz, no te dejes consumir por la desesperación. -Hizo silencio unos minutos, ante de continuar-: Piensa en este espacio oscuro como si fuera un lienzo al que tan solo hay que ponerle un poco de color para que sea una obra magistral. Haz tu arte, Azahara, yo estoy aquí contigo. No estás sola en esto.

Mi frente estaba reclinada del pecho de la niña. Me había concentrado en escucharle hablar para distraerme, pero ahora ella exigía que fuera yo quien hiciese algo. Aunque aun tenía un poco de miedo, ya mi corazón se había calmado. Recordé la vez aquella vez en la que creé luz en la cueva, realmente fue hermoso y anhelé estar en este momento allí. Tal vez... tal vez podría hacer eso también ahora.

Ilewis: Mi estigma |EDITANDO|Where stories live. Discover now