Capítulo 8

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Miré hacia adentro, ¡Dios mío! Ahí estaban todos en la sala, supongo que esperándonos, pero ahí estaban. Entré, seguido Jos lo hizo, cerró la puerta.

- Llegué.- avisó obteniendo la atención de todos, sí, TODOS.

- ____, bienvenida hija.- Mariana se acercó a mi con una sonrisa y me dio un abrazo, le correspondí

- Gracias se...Mariana.- me corregí, ya que no le gusta que le diga señora

- Niña, bienvenida tanto a la casa como a la familia Canela.- el abuelo había dicho con una gran sonrisa de satisfacción, un minuto ¿bienvenida a la familia Canela?
Abrí los ojos como plato, no soy su esposa como para que digan eso, ¡ay!

- Bueno, sí nos disculpan familia, tengo que ir a ayudar a mi chica a que desempaque.- intervino Jos, supongo que para zafarme de eso

- Sí hijo, pero rápido para que bajen a desayunar, los estamos esperando.- dijo Mariana

- No te preocupes mamá, ya desayunamos antes de venir, moríamos de hambre

- Bueno..

Él me tomó de la mano y caminamos a las escaleras, subimos a su habitación con cuidado ya que sino las maletas se caían, llegamos y Jos giró la perilla haciendo que la puerta se abriera

- Bienvenida a tu...nueva casa y habitación.- dijo con un poco de dificultad

- ¡Vaya!, para ser mi habitación está demasiado arreglada.- reí ya que no era cierto, toda su ropa estaba regada

- Lo siento, no me dio tiempo de arreglarla para cuando llegues, pero prometo recoger.- se disculpó

- Descuida, tampoco soy muy ordenada y no importa, sólo lo que importa es la cama.- seguí riendo y este por fin sonrió

- Emm bueno...¿quieres ayuda para desempacar?

- Sí no es molestia.- sonreí

Jos me echó una última mirada junto con una sonrisa para después ayudarme a desempacar, fue muy lindo ya que en algunas partes de su armario quitó una cuanta ropa para poner ahí la mía, me había negado a que hiciera esta acción pero insistió hasta que me harté y le dije que sí, la ropa que quitó la bajó al cuarto de limpieza para que después las sirvientes lo hicieran, minutos más tarde terminamos y aunque no lo crean, sí terminamos agotados.

- ¡Por fin!, ____ no sé cómo es que tienes mucha ropa, ya ni yo.- dijo mientras se aventaba todo agotado a la cama, yo lo acompañé en su sufrimiento de cansancio

- Uy sí, Jos tú sacaste millones de prendas que estaban bien guardadas en tu armario y resulta que todas estaban sucias y apestaban horrible.- reí, me hizo un puchero

- Bueno ya, soy hombre.

- ¿Me lo juras?- dije con sarcasmo y él bufó

- Muy chistosa Mendoza.- aquí viene sus momentos donde se hace el sufrido y yo tengo que pedirle perdón, pero esta vez no voy a....

Tocaron la puerta, pero no fue ni un segundo porque de inmediato entraron quién tocaba, más bien quiénes. Eran Ilse y Fernanda.

- Oye...- ni terminó de decir Ilse, se quedó callada para depués soltar un grito pero fuerte que me asustó tanto y tuve que abrazar a Jos

- ¿Qué pasa, Ilse?, ¿te duele el vientre? o ¿qué?- habló Jos en tono preocupado

- ¡No!, estoy bien lo que pasa es qué...- empezó a llorar, bien, eso me esta asustando

- ¿¡QUÉ!?, me estas asustando Ilse, habla de una vez.- se iba a levantar pero Fernanda lo volvió a empujar hacia la cama

- Calláte Jos y mejor sigue abrazando a ____, actua como sí no estuvieramos nosotras.- sacó una cámara y >flash<, había tomado una foto pero ¿por qué?

- ¿Qué te pasa Fernanda?- Jos reclamó

- Por eso lloraba Ilse tonto, se ven extremadamente lindos así, juntos.- rió

- Tiene razón.- habló esta mientras limpiaba sus lágrimas

- Ay, pero que bonita foto, mírala Ilse.- le mostró

¡Dios!, que vergüenza, sí supieran que no es verdad y eso pero bueno.

- Emm...¿puedes mostrarla?, quiero ver cómo salimos.- dije un poco tímida que de inmediato obtuve la mirada de mi "novio"

- Claro que sí linda.- me dio la cámara, la tomé cuidadosa y miré la foto. Para ser sincera ¡me encantó!, Jos me abrazaba por la cintura y me miraba mientras yo permanecía escondida en su pecho, definitivamente amo esa foto, lastima que no sea de verdad

- ¿Verdad que se ven lindos?

- Sí.- sonreí a medias ya que me esta afectando esa parte de la mentira

- Bueno ya, ¿se pueden ir?- dijo él con un tono elevado y molesto

- Siempre tan amargado Jos.

- Uy perdón señor gruñón, hace tiempo no tenías novia y no tomabas enserio la relación, y míra ahora ya hasta la trajiste a vivir contigo, eso no pasa muy seguido.- intervino Ilse

- Eso no les importa.- habló más serio, asusta cuando se pone así, puede ser la persona más gruñona de el mundo

- Jos tranquilo.- traté de tranquilizarlo como buena novia que soy.

- No, es que molestan ____.

- Ay bueno, mejor ya nos vamos porque hasta ya me puso de malas y me afectará por el bebé.- bufó su hermana mayor.- Por cierto los esperamos al rato para la cena, no falten.

Dicho esto salieron, por fin pude soltar todo el aire acumulado que tenía, era por los nervios de hablar así con Jos más aparte la casi pelea con sus hermanas.

- Perdónalas, a veces son muy metiches y no hay quién las pare.- me pidió disculpas

- No te preocupes.- le sonreí, este también me sonrió y luego besó mi cabeza en forma de protección

- Te quiero ____.

- Y yo a ti Jos.- aunque no como él cree, ojalá fuera diferente esto...

Siempre Fuiste Tú ➸ Jos Canela | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora