Capítulo 41

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Desperté por una oleada de viento que llegó a mi cuerpo, al revisarme ya no tenía las sabanas encima de mi; esa era la razón...
Giré a mi derecha y ya no había nadie como siempre, pero había una nota...la tomé y leí:


Buenos días o tardes dormilona, como verás pues salí sí; ya sabes que estoy ocupado trabajando (NO TE DIRÉ)...así que solo te digo que llego aproximadamente a las 10:30 am. Si no cualquier cosa te aviso, desayuna algo por favor y te veo al rato o dentro de minutos dependiendo de a qué horas te levantes jaja.

J. Canela.



Suspiré, tomé mi teléfono y apenas van a dar las 10:20 am. Así que ya en un pequeño rato iba a ver a Jos.
Me metí a mis redes sociales para ver las notificaciones, nada interesante...ni siquiera Sofía me había escrito algo. En Instagram me encontré con una foto de Jos y mía de hace años, estábamos entrando a la preparatoria ¡Qué vergüenza! Nos veíamos raros, al menos cambiamos, yo no tanto pero Jos sí, le pegó la pubertad.

Opté por bajar a desayunar, mi estomago ya rugía. Me levanté y arreglé un poco mi cabello, porque se veía espantoso y bajé así a la cocina.

Antes de llegar escuchaba voces, pero no lograba entender y sobre todo había una voz que nunca la había escuchado.


- ______ hija aquí estás.- Mariana me saludó alegre.

- Hola, buenos días Mariana ¿Interrumpí algo?- pregunté

- Claro que no.- respondió Ilse

- Por cierto, él es Eduardo, nuestro primo. Va a estar aquí unos días...- me dijo Fernanda.

- Oh, un gusto.- le tendí mi mano y él sonriente me la recibió.

- Es un gusto conocerte ______ ¿Así que tú eres?...

- La prometida de tu primo Jos.- una voz más gruesa dijo a mis espaldas ¿Cómo había dicho? Me giré y era el abuelo de Jos.

- Em...

- ¿Prometida?- preguntó su primo.

- Sí, es mi prometida.- y aquí fue el momento donde quería huir más. La tensión se estaba acumulando en mi, Jos ya había llegado.- Hola hermosa.- tomó de mi cintura y me dio un beso.

- Oh que gusto, felicidades primo.- mencionó.

- Bueno, aún no se han comprometido pero es como si lo fuera...- dijo su mamá.

- En realidad mamá, tenía planeado decirles en un rato pero me adelanto la sorpresa. Esta noche pediré su mano y vamos a festejarlo aquí...- apretó un poco mi cintura ¿De qué diablos estaba hablando?

- ¿De verdad, hijo?- su abuelo dijo emocionado.

- Sí y quiero que todos estén presentes.- respondió serio.

- Yo me encargo de hablarle a la familia hijo. Estoy muy contenta por los dos.- Mariana nos abrazó.

- ¡Nosotras nos encargamos de ti!- Fer se me acercó junto con Ilse-. Tienes que lucir espectacular para hoy en la noche.

- Sí, felicidades.- Ilse me abrazó.

- Ehh sí...sorpresa para todos.- sonreí falsamente. Sí que era una sorpresa y muy grande.

- Vengan, vamos a desayunar.- la señora Mariana nos dijo y todos fueron hacia la cocina. Pero Jos no se iba a escapar de esta, lo detuve y lo llevé a las escaleras.

- Por favor no te enojes. No sabía qué decir y no me mates.- suspiró con miedo.

- ¿Cómo se te ocurre hacer eso?- pregunté histérica.

- Shh, baja la voz.- susurró-. Sólo salió, no supe qué hacer y aparte estaba mi primo.

- ¿Qué tiene que esté tu primo?- estaba ya muy enojada.

- Que me cae mal y no quiero que sepa, que se burle y eso. Por eso seguí la corriente de mi abuelo, aunque...ahora debo comprarte un anillo y tiene que ser bueno y costoso.- suspiró.

- Pues ya ves, eso te pasa por abrir la boca.

- Bueno, ya no te enojes. Tengo que ver que pensaré para zafarnos de esta..

- Pues sí, piénsale ehh. Porque cada día nos metemos en más líos y para salir de esto será cada vez más difícil.- reclamé.

- Ya sé, y agradezco que me tengas paciencia y soportes cada cosa de este problema.

- Sí, pero eso te costará muy caro José Miguel.

- Sí, créeme que sí. Ahora..¿Ya vamos a desayunar? Tengo mucha hambre.

- Bueno.- antes de irnos me tomó de sorpresa de la cara y me dio un beso en los labios. Me tomó de la mano y fuimos a desayunar.




Al llegar ya todos estaban sentados comiendo, mientras la mamá de Jos tenía el teléfono en los oídos. Ya estaba haciendo llamadas a su familia y a la de su esposo. El abuelo de Jos se notaba muy feliz, seguro que por la noticia.

Mientras desayunábamos Ilse y Fernanda me preguntaban cómo de qué color me gustaban los vestidos y todo eso. Era una confusión todo.
Jos mientras sólo me miraba, no hablaba ni con su primo, ah pero se reía de mí por las preguntas que me hacían sus hermanas, lo iba a matar.

Ahora ¿En qué lío me he metido? Iba a decirle que "" para "casarme" con él. ¿Qué seguía después?
Iba a embarazarme de él y criarlo juntos cuando en realidad ni siquiera íbamos a ser novios, sin que él sintiera algo por mí más que una simple amistad.

Siempre Fuiste Tú ➸ Jos Canela | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora