Expedición

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Realmente la última transfusión de sangre había sido exitosa. En la compañía de Hanji y Agnes, sumado a la tranquilidad que les otorgaba estar lejos de todo, Levi al fin mostraba una mejoría notable.

Lo único que había inquietado ligeramente al capitán, fueron aquellas sombras que creía haber visto un par de veces a través de las ventanas. Sin embargo, después de unos días no volvió a ver nada similar y lo atribuyó a los animales, tal y como Hanji también había pensado.

En sus caminatas por el bosque no percibieron nada extraño ni fuera de lugar, motivo por el que de a poco fueron olvidándose del asunto. La castaña estaba feliz de ver que su compañero empezaba a recobrar su salud. Cada día, Levi, se mostraba más relajado y en mejor forma, pero aún así Hanji se mantenía siempre pendiente de que no se descuidara.

Unas tantas semanas después, Erwin les envió una carta anunciando que podrían reintegrarse a la legión, cuando Levi se sintiera mejor. Obviamente el capitán deseaba regresar lo antes posible, lo estaba pasando bien con Hanji ahí en la cabaña, pero tenían que cumplir con sus responsabilidades de soldados, habían jurado entregar sus corazones.

Agnes estuvo algo sentimental, se había encariñado con ellos y se le hacía algo difícil retomar su rutina. Le dijo a Levi que no le permitiría volver al cuartel hasta que se hiciera unos exámenes y Hoffman diera la autorización.

Por ese motivo fueron temprano al hospital para un chequeo. Según la opinión del médico, el capitán ya estaba en condiciones de retomar sus actividades, pero le solicitó a Hanji que de todos modos se mantuviera atenta a cualquier cambio.

Después de aquella lluvia de buenas noticias, Agnes preparó una cena especial para aquella noche. Congregados alrededor de la mesa, a la luz de las velas, parecían una pequeña y cálida familia.

-Agnes, no soy muy bueno con las palabras, pero gracias por todo, ya sabe -dijo Levi mientras miraba con atención el diseño del mantel-aguantar mi genio de mierda y esas cosas.
-Ay capitán, al principio fue complicado porque usted da un poco de miedo-dijo Agnes, buscando la mirada de Hanji- quiero decir, no miedo exactamente... es que era muy serio.
-Pero poco a poco empezaste a conocer cómo es realmente y tu opinión acerca de él cambió, verdad -interrumpió la chica se gafas- Sí, estoy segura de entender cómo se siente.
-Eso, sí justamente eso. -Asintió Agnes más aliviada.
-Realmente le debemos mucho -opinó Hanji. -Pasé por momentos difíciles y agradezco que usted haya estado a nuestro lado.
-No es nada, señorita Hanji, era mi deber pero también ustedes se han convertido en dos personas importantes para mi.

Ambas sonrieron con algunas lágrimas en los ojos. Y antes de que se pusieran más emocionales, comenzaron a brindar por la recuperación de Levi.

Esa noche dejaron las maletas listas, el azabache se encargó de dejar la cabaña impecable. A la mañana siguiente, Agnes volvería a trabajar en el hospital, mientras que Hanji y Levi irían directamente al cuartel.

Ambos pasaron su última noche de "vacaciones" abrazados en una cama doble. Extrañarían poder dormir juntos de esa forma, sin preocupaciones y cómodamente. Se durmieron entre besos y caricias, aprovechando al máximo el tiempo que les quedaba.

No hubo fiesta de bienvenida en el cuartel, ya que Erwin se reservó la noticia de que ambos veteranos regresarían aquel día. Sin embargo, tras verlos de regreso, tanto el escuadrón de Hanji como el de Levi, decidieron improvisar una celebración.

Comida y más brindis, fueron parte de la velada de aquella jornada.

-Capitán, estamos todos tan contentos de tenerlos de regreso. -dijo Petra con emoción.
-Esperamos que pronto podamos salir de expedición.-dijo Erd, levantando su jarra de cerveza.
-Gracias chicos. -respondió Levi.

¡Levi, no caigas! [Levihan] Where stories live. Discover now