CAPÍTULO O3 ── EL AMOR

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Semanas después

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Semanas después...

La hermosa mujer acarició suavemente el rostro del vampiro, el contrario tocaba suavemente la piel desnuda de la guerrera, como si de algo frágil se tratará. La habitación estaba sutilmente iluminada gracias a la luz que penetraba las telas blancas del ventanal del exuberante castillo, la luna estaba llena, las estrellas acompañaban a la brillante luna grisácea.

──Te amo. ─le dijo en un susurro, Nicolle. El ser con una cálida sonrisa vuelve a besar los labios de la mortal tiernamente, hasta que al tiempo lágrimas cae de sus ojos. El beso comenzó a intensificarse cada vez más, Nicolle posó sus manos en el cuello del hermoso vampiro, ella sabía que aún se sentía triste, y quería que de alguna forma, la que sea... hacerlo olvidar de aquel tan frustrante dolor que su frágil alma vivía día a día.

──Nicolle... ─pronunció al acabar aquel apasionado beso, sus mejillas estaban rosadas, el de joven apariencia se veía tan encantador.

La mujer lo tomó de ambos hombros y lo observó con el ceño fruncido, se quedó en silencio unos segundos, amaba verlo de esa manera, tan puro, tan vulnerable cuando eran uno..., tan suyo.

──Te amo. ─volvió a repetir. ──Te amo locamente... locamente...

Repitió recostando el cuerpo perfecto del hombre. Su mano comenzó a bajar hasta su entrepierna, las sabanas cubrían la cintura de ambos... su mirada seguía puesta en él, sus ojos se entecerraron un poco al sentir el tacto de su masculinidad erguida, el vampiro dió un suspiro entre cortado al sentir como la mujer lo estimulaba lentamente.

──Nicolle... ─volvió a pronunciar su nombre mientras apretaba con sus manos las sábanas blancas.

──Alucard... ─susurró cerca de sus labios, ahora éste la tomó suavemente del rostro y la besó con locura.

La noche para éstos enamorados eran sólo suyas, la guerrera jamás se había sentido de esa manera, tan... extraña, tan bien. Dentro suyo sentía un cosquilleo que la ponía cada vez más inquieta.

Ella lo amaba, confesó su amor luego de besar la primera vez al vampiro en aquella vieja habitación donde dormía de niño, donde lo vió romper en llantos como un pequeño indefenso.

Ninguno pudo aguantar el hecho de ser uno, y el acto comenzó a intensificarse mucho más, los besos aún seguían, sin embargo, pasaron al siguiente nivel. Los jadeos y gemidos no se tardaron en ser soltados por ambos; mortal e inmortal... el vampiro se aferraba a las sábanas, soltando pausados gemidos y suspiros entre cortados. Hasta que luego de unas horas, un extraño ruido se oyó del otro lado de la puerta de la habitación.

Ambos se observaron con la respiración agitada luego de que la hermosa mujer guirase su cabeza y mitad de su cuerpo en dirección a la puerta para ver lo ocurrido.

──Carajo... ─soltó de sus labios. Se acostó al lado del de ojos color ámbar sin decir nada más.

──...¿Crees que fueron ellos? ─preguntó mientras giraba su cuerpo en dirección a ella. Nicolle no respondió, soltó un suspiro y cerró sus ojos para después abrazar por la cintura al vampiro. ──, ¿Quieres que vaya a ver...? ─volvió a hablar acariciando los cabellos de la rubia.

𝕯𝖊𝖘𝖊𝖔𝖘 𝕺𝖑𝖛𝖎𝖉𝖆𝖉𝖔𝖘Where stories live. Discover now