Capítulo 13

2.6K 241 508
                                    

Harry.

Las mañanas.

Despertaba sin esa pesadez en los ojos que te impedían abrirlos por completo, como si hubiese esperado toda la noche hasta ese momento, despojado del cansancio de dormir solo unas horas.

Su cuerpo a través de los años adaptó esos hábitos, cuando la luz del sol aún no se asomaba y lo último de la noche se desvanecía en el cielo. Harry era de esas personas que a pesar de dormir en la madrugada seguía despertando para ver el amanecer. 

Otro día más, un día menos.

Parecía una alarma andante, respetando reglas impuestas por si mismo, como si su vida dependiese de eso. Su especialidad, los horarios, dedicaba cada segundo de su día a algo específico, cada minuto, cada segundo, intentaba manejarlo con el mayor cuidado, le gustaba la organización, los planes que llevaban a un inevitable éxito.

Traía consigo siempre un pequeño cuaderno, la textura de la tapa imitando el cuero, se asimilaba a un libro de bolsillo, con hojas en blanco. 

El libro estaba separado en dos, una parte para su trabajo y otra para su mente, las divisiones no eran homogéneas. La parte de trabajo abarcaba mayor espacio.

Garabatos, dibujos o simplemente palabras que quería recordar y expresar, esa parte del libro guardaba sentimientos profundos que no quería mostrar al mundo, sus temores, inseguridades que aterrorizarían a cualquiera que lo viese desde otra posición.

Cada noche escribía algo.

Caminar

Normalmente una palabra. Un pequeño espacio. 

Caminar, caminar.

Su caminar, su andar.

Su caderas.

Sus caderas al caminar.

Normalmente no las repetía, claro esta... «normalmente»

No sabía cuánto tiempo dedicó, inconscientemente, en pensar en su caminar pero si sabía que fue el suficiente como para escribir una hoja entera enfocándose en su movimiento de caderas, en sincronización con el ir y venir de sus brazos.

Tal vez fue ese día, cuando salió del auto y caminó lejos de él, no lo culpaba.

¿Por qué lo haría?

Pero tampoco lo entendía del todo, a pesar que lo intentaba.

Y eso le afectaba, su orgullo, su capacidad de entender cómo se movía todo a su alrededor.

— Me sorprendes, Styles — Carraspea su amigo rubio y cruza una pierna sobre la otra — Siempre eres tan meticuloso en todos tus proyectos que dan ganas de tirarse un tiro...

Harry recuesta sus codos sobre sus piernas, mantiene una mirada turbia y distante. Sabía a lo que Niall quería llegar.

— Pero... — continua y una gran sonrisa cubre su rostro, porque sabía que lo que estaba apunto de decir no quería ser escuchado por Harry — Solo basta un segundo para que pierdas la cabeza cuando se trata de ese chico. 

Harry muerde su labio inferior y levanta la mirada hacía él —¡Salud por eso!— estira el brazo con vaso en mano.

Intentar negarlo solo sería un acto de cobardía. 

Por eso, encontró refugio en lo que sí podía tener una visión más clara.

Organizar, controlar, dirigir y planificar TODO en su trabajo.

Atrapado En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora