Café y rock

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Estaba tan concentrado editando que, cuando su celular vibró contra su pierna, dio un pequeño brinco de sorpresa. Sonrió al ver el nombre en su pantalla.

—Keigo —dijo sin poder matizar el cariño en su tono de voz.

—¡Ya estoy de vuelta! —anunció el modelo—. Mi avión acaba de aterrizar, recojo mis maletas y calculo estaré pasando por ti en unos cuarenta minutos. ¿Ya acabaste?

Dabi miró su computadora. En la carpeta aún había muchas fotos sin editar, pero llevaba casi dos semanas sin ver a su novio, que se había ido a trabajar en unos comerciales a Hokkaido.

—Ya casi —mintió—, acá te veo.

—Prepárate porque te voy a besar todo lo que no te he besado en estos días.

—¿Sólo besar?

La risa de Keigo lo hizo sonreír, sonrojarse y su estómago se revolvió de ganas.

—Lo demás será después de que cenemos, pero sí, también. Mini Hawks te extraña especialmente.

Dabi agradeció estar solo en su oficina porque soltó una carcajada que hubiera destrozado la imagen que el resto de sus compañeros tenían de él.

—Tonto. —Resopló—. Acá te veo.

***

Apenas se subió al automóvil de Keigo este tiró de su nuca para darle un beso. Dabi devoró los labios del modelo hasta que necesitaron aire y se separaron.

—No deberíamos hacer esto en lugares públicos —dijo, recordando las advertencias de sus hermanos.

Keigo agitó la mano para restarle importancia y encendió el carro.

—¿No quieres que te vean conmigo? ¿Te avergüenzo?

Hizo un puchero que a Dabi le dieron ganas de besar.

—No, por supuesto que no. Pero podría afectarte, ¿no?

—Nah, seguro se harían chismes y demás, pero es la ventaja de salir con alguien que no es del medio —le guiñó un ojo.

Dabi tragó saliva y decidió cambiar de tema.

—¿Y cómo te fue? —dijo entrelazando su mano con la de Keigo, que había dejado intencionalmente colgando a un lado.

Escuchó plácidamente a su novio emocionado contarle sobre su trabajo y las anécdotas graciosas durante las grabaciones. De pronto, vio cómo se le iluminaba el rostro y sonreía más.

—Además, conocí a alguien.

—Oh, uh, ¿debería ponerme celoso?

—¡No! Por supuesto que no. Aunque —su risa se convirtió en tos cuando se le fue chueca la saliva—. Bueno, sabes que no te sería infiel nunca, pero...

Dabi soltó la mano de Keigo y se cruzó de brazos. Su corazón se le fue hasta el estómago cuando todas sus inseguridades y temores parecieron confirmarse.

—No, no, no me malentiendas. Es sólo que conocí a alguien que admiro mucho, desde niño. ¡Y me invitó a ser la imagen para unos productos que van a promocionar en su empresa!

Un poco del peso en el corazón del fotógrafo se liberó, pero volvió a sentirse oprimido con los siguiente que dijo.

—¿Conoces a Enji Todoroki? El CEO de Endeavor Inc.

Dabi creyó que iba a vomitar. Sintió que lo recorría un escalofrío y que el aire de pronto le faltaba. El rostro de Keigo se pintó de preocupación y éste se apresuró a estacionarse a una orilla de la calle.

Enfoque manual (dabihawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora