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—¿Han Jisung?. —pregunta un policía, acercándose a nosotros.

Jisung mira hacia atrás aún cuando estamos abrazados, no me suelta y recarga su cabeza en mi pecho mientras vemos al policía.

—Necesito que me acompañe. —pide.

—¿Por qué?. —pregunto sin poder evitarlo.

—¿Es familiar?. —pregunta con el semblante serio y yo niego con la cabeza—. No tengo permitido decirle nada. —mira a Sungie—. ¿Podría...?

—E-está bien. —acepta Jisung—. É-él sabrá de cualquier manera lo que sea que usted me diga.

El policía parece enfadarse un poco, pero se limita a apretar los labios y pararse derecho enfrente nuestro.

—Su padre irá directamente a prisión después de recuperarse de la pelea con el señor Lee. —no me siento mal al escuchar eso, pero sus palabras hacen que el dolor en mi cuerpo reaccione hasta ese momento—. Su madre será enviada a un lugar seguro, podrá recuperarse del trauma al igual que usted.

—¿Al igual que yo?. —pregunta con la voz temblando—. Yo no necesito ir ahí, e-estoy bien.

—Su madre está en una situación peor, por lo que ella será internada y veremos cuál es el familiar más cercano a usted para ir a vivir con él. —toma una libreta y pasa las hojas hasta que encuentra algo—. Por lo visto tiene un tío a varias horas de aquí. Es una buena zona. Le ayudará.

—¿De qué habla?. —pregunto.

—Un nuevo comienzo. Podrá terminar la escuela allá, hay más gente y muchos centros de ayuda. —parece feliz por Jisung.

—¿Qué pasa si digo que no?. —pregunta—. No quiero ir. Y-yo no...

—Señor Han... me temo que no tiene opción. No tiene edad suficiente para independizarse. Su cuidado y custodia ahora está en manos del estado. —siento una punzada en el pecho y abrazo con fuerza a Jisung.

—¿Puede quedarse esta noche en la casa de un amigo?. —pregunto, intentando que mi voz no tiemble—. Este día fue algo pesado y no creo que vaya a dormir cómodo en una oficina.

—Seguro. —asiente con la cabeza—. Lo veo mañana a las once en punto en esta dirección. —le dice a Jisung mientras le entrega un papelito—. Espero puedas quedarte algunos días en la casa de tu amigo. Aún tenemos que contactar a tu tío y ver si acepta tu custodia.

—G-gracias. —agradece a pesar de todo.

El oficial hace una mueca y se retira. Jisung levanta la mirada y me mira a los ojos, parece querer decir algo, pero se calla y vuelve a dejar su cabeza sobre mi pecho.

—Hey, Jisung. —habla Felix, llegando a nuestras espaldas junto con Chan.

Pero Jisung no me suelta. Sé que está reteniendo el llanto, pero no lo logra muy bien. Felix y Chan me miran confundidos y yo no sé qué decir o hacer.

—Se llevarán a Jisung con...

—Lo sabemos. —interrumpe Lee y al instante lo miro confundido.

—¿Cómo que lo saben?. —cuestiono y miro a Jisung, se oculta más, ¿él sabía que se tendrá que ir?.

—Te contamos que nos faltaba un detalle para poder demandar al padre de Jisung. —dice Chris y aprieta los labios—. Sabíamos por obviedad que se llevarían a su madre. Jisung necesita un tutor legal y su tío es el familiar más cercano. Aparte del único. No es una familia grande.

—Y si sabían que no había otra opción... si sabían que terminaría así, ¿por qué no lo hicieron antes?. —pregunto molesto—. ¿¡Por qué dejaron que se quedará en esa maldita casa!?.

—Minho, cálmate. —me pide Felix acercándose a mí para abrazar a Jisung pero ninguno de los dos nos separamos.

—Jisung quiere quedarse aquí. Su tío no vive "a un par de horas" de aquí. —explico poniendo las comillas con los dedos—. Vive a dos días en auto. Es lejos de Seúl. E-es lejos del hogar de Jisung.

Jisung niega ligeramente sobre mi pecho, pero apenas yo logro notarlo.

—Vamos a casa, Jisung. —digo sin más ignorando a Chan y Lee, o yo podría volver a explotar en cualquier momento.

No quiero estar aquí, quiero estar con él. Quiero abrazarlo y superar esta noche juntos. No podía creer todo lo que acababa de pasar, volví a arruinar todo y ahora perdería a lo único que me había hecho un bien en mucho tiempo.

—Jisung, Minho... —habla Chris cuando nos separamos—. ¿Q-qué les sucede?.

Tomo la mano de Jisung y nos giro para caminar a pasos rápidos hasta el auto.

—¡Minho! ¡Respóndeme!. —habla Chris detrás nuestro, pero lo ignoro y en cuanto llegamos al auto abro la puerta para que Sungie entre—. ¡Minho!. —insiste y cierro la puerta con fuerza para girarme a él después de que Jisung sube al auto—. ¿Qué demonios te...?.

—¡Vete a la mierda, Christopher!. —le grito y estoy apunto de empujarlo—. ¡Preferiste que Jisung se aferrara a algo tan superficial antes que sacarlo de ese maldito manicomio!. —rodeo el auto y abro la puerta de mi lado.

—¡Seúl es su hogar!. —me grita—. ¡Es lo único que le quedaba!.

—¿¡Eres tan idiota, Chan!?. —cierro la puerta con fuerza y camino a él, resistiéndome por no golpearlo también—. Él no se quiere quedar porque Seúl sea su hogar, él quiere quedarse porque tiene miedo a quedarse solo de nuevo. —realmente quiero golpearlo, pero no puedo hacerlo—. Seúl no es su hogar, era su familia. Y ahora ni siquiera tiene una. —digo, por más frías y fuertes que sean mis palabras—. Honestamente... Jisung nunca tuvo un hogar en ese caso. —miro al suelo casi rendido—. Él quiere contar con alguien como tú y Felix como RyuJin y... —trago saliva—. Como su madre. Con gente que le recuerde que hasta la persona más podridas puede tener algo bueno... como yo.

—Minho... —me mira totalmente confundido y alarmado—. ¿Tú y él...?

—Será mejor si dejas de intentar ayudar. —hablo—. E-es suficiente para mí.

Me giro aunque lo escuché decirme distintas cosas. Camino hasta el auto y subo sin importarme lo que diga.

Comienzo a conducir, intentando recuperar todo lo que perdí está noche. Pero Jisung se irá, incluso si lo tengo ahora, se irá. Y me siento como un maldito egoísta al pensar que prefiero que se quede en una casa temporal del estado cerca a que tenga un mejor futuro lejos.