PROLOGO

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Una noche mas siento como mi cuerpo es llenado de besos sin sentido, como me tocan y no percibo nada.

Tocan mis pechos, lamen mi vagina, meten y sacan sus dedos, escucho como rompen los envoltorios de los condones, me penetran sin pensar en si me duele o no, juegan con mi cuerpo, me cargan y me sientan sobre su pene, me hacen una doble penetración, no lloro, no grito, no me muevo, sencillamente ya no lo siento.

Hace años deje de sentir mi cuerpo, solo me quedo sin hacer nada cada vez que esto sucede.

Las noches son frías y oscuras, pero no me da miedo.

Los hombres terminan de cogerme y se van.

Me quedo en mi cama desnuda y sin hacer nada.

Llega Bryan y me limpia el cuerpo.

Después me da un beso en los labios que no correspondo y me abofetea.

Me abraza y me dice que descanse.

Me quedo desnuda y en la obscuridad de mi habitacion, la luna no llega a mi ventana, solo escucho como los cuervos hacen sus sonidos, como las ramas chocan entre si, como la brisa arrasa con las hojas.

Un día mas de lo mismo, una noche mas de la soledad.

Me quedo mirando un punto fijo de mi techo sin hacer y sentir nada, solo me quedo mirando.

Hace unos años si lloraba en especial cuando fue la primera vez.

Estaba regresando de la escuela y Bryan estaba con sus amigos, tenia 9 años y él 21.

Me cambie, almorcé y luego llego la noche.

Mi cuarto alumbrado con un foco desgastado, me estaba poniendo la pijama y Bryan entro y me vio desnuda de la cintura para arriba.

Mis pechos eran pequeños por eso no usaba sujetador.

Bryan me toco y yo me queje, la profesora ese día dijo que nadie debía de tocarnos.

Bryan dijo que solo era un juego y yo le creí.

Llamo a sus amigos y todos invadieron mi habitacion.

Todos reían y me tocaban, parecía que se estaban divirtiendo, pero yo no me divertía y se lo dije a Bryan.

Se enojo y me abofeteo.

Uno de sus amigos se saco algo raro del pantalón y me digo que lo chupara, en ese momento no sabia lo que era con los años lo aprendí, era su pene.

Yo obedecí porque no quería que me golpearan de nuevo, con lagrimas en los ojos chupe aquella cosa, me pareció asqueroso y me daban ganas de vomitar porque entraba muy dentro de mi garganta.

Me desnudaron y me sentí expuesta, no quería que vieran mi vaginita.

Mi hermano susurro cosas para que me este quieta, pero yo me movía muchísimo.

Comenzaron a chupar mi vagina y yo no quera, pero estaba inmovilizada por mi hermano.

Bryan decía que me iba a gustar y que todos se estaban divirtiendo, en mi mente pensaba que a mi no me gustaba el juego.

Metieron un dedo en mi interior y me dolió demasiado, pero no se comparo al dolor que sentí cuando me metieron aquella cosa rara que no sabia como se llamaba.

Mi hermano también la tenia y me hizo chuparlo hasta que salio un liquido blanco que sabia asqueroso.

Todos me hicieron daño, mi vagina ardía y dolía demasiado.

Se fueron riendo y diciéndome que fue el mejor juego.

Yo solo lloraba por el dolor y me sentía muy expuesta.

Con los años me di cuenta que no servia de nada llorar.

Lo que sucedió esa noche volvió a pasar casi siempre.

Mi hermano era un adicto y no tenia dinero, por eso me vendía a mi.

A mis 16 años puedo decir que estoy acostumbrada, deje de ir al colegio a los 10 años, la profesora se comenzó a dar cuenta de mi estado e intento investigar.

Mi hermano la mato y es un secreto que no debo contar.

Mi única salida eran el las tardes que podía ir al fondo del bosque, pero un día encontré algo extraño.


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