❌Capitulo 5❌

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Me despierto desorientada, pero rápidamente me acuerdo donde me encuentro.

—¡Buenos días princesa! —me saluda el hombre del cigarrillo

—Buenos días —susurro

El hombre se acerca y me tenso debajo de las sábanas.

—Te voy a ayudar para que te asees —me dice y niego

—Puedo hacerlo sola —digo con voz ahogada

—¡No! Así que apúrate que debemos dejarte en casa antes de las 12 del día —me dice y solo asiento

Salgo de la cama y el hombre me carga como novia en luna de miel, me aferro a su cuello para no caer.

—Ahora te voy a desvestir y te daré un baño —me dice y me deja parada mientras que llena la tina de agua caliente

Me mira y se acerca.

—Ven aquí princesa —dice y me acerco a paso lento

No quiero que me toque, pero no me queda de otra.

—Eres tan hermosa —dice mientras baja las tiras de mi vestido azul

Sus manos grandes y toscas tocan mis brazos de arriba hacia abajo y viceversa. La piel se me hace chinita y siento todos mis pelos de punta.

—Me encantas —dice y termina de retirar mi vestido.

Me quedo en corpiño y bragas.

—Tan dulce como el azúcar, tan suave como el algodón —me dice y lentamente retira mi corpiño

Lo desengancha y este cae a mis pies.

Estoy prácticamente desnuda y es cuando se agacha y comienza a bajarme mis bragas.

—Hueles delicioso —dice oliendo mi vagina

Me quedo quieta sin emitir algún sonido o movimiento.

—Tan pequeña y linda —dice y me mete a la tina de agua caliente

Lava mi cuerpo y toca mis partes como se le da la gana.

—Listo pequeña, es hora de irnos —dice y me saca de la tina

De mi cuerpo caen las gotas de agua y mientras camino dejo un rastro de ellas. El hombre seca mi cuerpo, me coloca unas bragas limpias al igual que un corpiño limpio. Todo es nuevo.

—Escoge el que mas te gusta —me dice y veo muchos vestidos de mi talla.

Veo los vestidos, algunos son rojos otros son negros, peor hay uno que llama mucho mi atención.

Es blanco con flores rosadas. Es lindo.

—Ese —señalo el vestido y lo agarro

Me pone el vestido y peina mi cabello.

Ambos salimos de la habitación y veo a los otros hombres en las escaleras.

—Muy bien pequeña

Salgo con todos los hombres y vuelvo a montarme en el auto que curiosamente hoy es un descapotable amarillo.

Me subo en la parte de atrás y dejo que el aire haga volar mis ondas en el cabello.

El paisaje es hermoso, ayer no pude darme cuenta de esto porque era de noche y todo estaba oscuro.

—Eres una buena niña, te queremos para mas dias —me dice el hombre que esta a mi lado y es el castaño

Asiento y sigo mirando el paisaje.

Llegamos a casa y Bryan sale a recibirme.

—Pasa Franci, yo debo hablar con los caballeros —me dice y yo hago caso

Son como las 2 de la tarde, el sitio donde ellos me llevaron es realmente lejos. Entro a mi habitación y busco a mi pequeño demonio, pero no lo encuentro.

—Buscas esto —me dice una voz grave y volteo y veo al chico misterioso con mi pequeño demonio entre las manos.

—Es mío —señalo al pequeño demonio

Niega y se ríe.

—¡Dámelo! —exijo

Se burla de mi y sale de la habitación. Lo sigo, pero lo pierdo de vista.

—¿Dónde piensas ir? —me dice Bryan y miro por la ventana y veo al chico misterioso con mi pequeño demonio.

Aprieto la mandíbula y miro a mi hermano.

—Gracias a ti estamos bien —dice y me abraza

Me quedo inmóvil y dejo que mi hermano me abrace. No pasa mucho y comienza besando mis labios.

Quiero decirle que quiero salir e ir al bosque, pero no lo hago por temor a que pase lo mismo del otro día.

Muevo mis labios en busca de mas profundidad para que Bryan peisne que disfruto de sus besos y su tacto.

—Extrañaba esto, te extrañaba a ti Franci

—Yo también te extrañaba Bryan

Me deja de besar y sale de la casa.

—Cierto, hoy no llegaré —me dice y se va

Agarro mi mochila y salgo al bosque en busca de mi pequeño demonio.

Camino por media hora y lo veo junto a mi conejo. Mi cuerpo se enciede de coraje y me acerco a él.

—¡Es mío!

—Tú eres mía —me dice y mira mis ojos con una profundidad única

Me pierdo en sus ojos grises y es como ver el infierno y el cielo juntos, pero separados.

—Soy quien sacara tu potencial, quien te quitara la venda de los ojos.

Sus movimientos son erráticos e imprecisos, es como si no tuviera un punto fijo para moeverse.

Se acerca y cae a mis pies.

Su espalda esta manchada de sange y ahogo un grito.

—¿Qué...que te paso?

—Se enojaron conmigo Lucifer.

Saco de mi mochila aquella botella con agua mágica y le pongo un poco.

El agua limpia la herida y puedo ver su espalda ancha y con marcas de lo que parecen ser...¿garras?

—¿Qué te paso?

—Parece que que no le gusta que te hable.

No entiendo lo que dice, pero su sonrisa genuina me causa satisfacción.

—Se lo que te imaginas Lucifer, mi mente y la tuya están conectadas —su sonrisa crece y las marcas de su espalda quedan curadas por completo dejándome ver lo pulcra que es.

Los dedos cosquillean y las ganas de tocarla es grande.

—¡Hazlo! —ordena.

Mi mano se mueve involuntariamente y al tocarlo siento como se tensa ante mi tacto. Su piel es suave, pero tersa.

—Sigue —me dice como si lo disfrutara.

Mi mano coje confianza y exploro cada parte de su espalda, sus músculos son fuertes, grandes y extremadamente formados.

—Tu mano es tan suave, delicada, es perfecta.

Dejo de tocarlo y él se reincorpora para mirarme a los ojos directamente.

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