Prólogo

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—¿Mm?

La muchacha se detuvo a observar el interior de una florería, provocando que su hermanastro se detuviera unos pasos delante.

—¿Qué pasa?— preguntó al verla interesada en ese sitio.

—¿Qué tal comprar unas flores? Habría que animar un poco la casa y aprovechar el descuento que hay— e ingresó a la tienda, cargando con una bolsa de las compras, mientras que el chico cargaba con las otras dos —¡Ven, Megumi!— lo llamó al no ver acción de su parte.

Sin muchos ánimos terminó pasando, golpeándolo el fuerte perfume que desprendían las flores, dejando en segundo plano el olor que desprendía un sahumerio de coco suave. Habían pocos clientes, que no superaban el número cinco sin contarlos a ellos.

Pero al dirigir la vista al mostrador, se encontró con _____ Kikuchi, una compañera de clase.

—¡Buenas tardes! ¿Puedo ayudarlos en algo?— preguntó cuando regresó la vista a ellos, tras terminar de envolver unas flores y entregarlas a un cliente. Y ensanchó un poco más su sonrisa al reconocer al chico —Hola, Fushiguro.

—Hola— asintió, desviando la mirada.

Se trataba de otra bonachona, sacando conclusiones por como solía actuar la apellidada Kikuchi.

—Buenas tardes. ¿Cuáles son las flores del descuento que dice afuera?— interrogó la mayor, sonriente.

—Los claves, cada uno a cien yenes— informó sin borrar la mueca positiva de su rostro.

Tsumiki se puso a revisar en el bolso que llevaba, contando el dinero que tenía. Por su parte, Megumi seguía haciendo lo mejor posible para ignorar, y deseando marcharse pronto.

—Llevaré cinco.

—Bien. ¿Algún color en específico?

—No realmente.

—Está bien.

Y salió de detrás del mostrador, dirigiéndose a donde se encontraban esas flores. Tomó cuidadosamente del color más bonito que le pareció, para ir a buscar un trozo de papel madera y una cinta. Colocó todo sobre el mostrador para envolver en un cono los claveles, y hacer un moño.

—Aquí tienen— se las extendió amablemente.

—Pero... hay seis flores.

A lo que dijo su hermanastra, provocó que volteara a ver qué sucedía sin expresión alguna.

—Va por mi parte la sexta— sonrió, recibió el pago y se despidió, viendo como se marchaban para atender a otro cliente.

—Oye, Megumi, ¿no es compañera tuya? Creo haberla visto en tu salón— preguntó Tsumiki, curiosa mientras observaba aquellas flores con tranquilidad y una ligera sonrisa.

—Sí, lo es...

Fue todo lo que respondió.

—Se ve muy amable. ¿Crees que nos dio un clavel de más porque le gustas?— dijo la mayor, pensativa, intentando ver reacción alguna del muchacho.

Megumi solamente bufó y rodó los ojos. Si le gustaba, que cambiara de parecer porque él no estaba para esas cosas.

 Si le gustaba, que cambiara de parecer porque él no estaba para esas cosas

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Holisss, ¿cómo están? ¿Les agradó este comienzo?

Moría de ganas de publicar una historia que tuviera de tema las flores, y justamente apareció Megumi Fushiguro en mi mente y dije "arriesgo" jj.

Sin más que decir, esperen a las actualizaciones, las cuales serán los días lunes y sin falta, aunque no sé si tendrá una hora fija de publicación. Y desde ya, muchas gracias por tomarte tu tiempo para leer esta historia 😁

Besos ♥

FLORES |Megumi Fushiguro y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora