Nuevos amores, nuevos problemas, nuevos enemigos, nuevas experiencias, nuevos personajes, nueva temporada.
- _____!
- Aidan!
- Wow! hace mucho que no te veo, me alegra verte de nuevo.- Respondió el de ojos verdes.
- Y yo a ti. te extrañe demaciado.
...
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Había pasado una semana exacta, desde la primera vez que ensayamos Aidan y yo.
Papá se estaba tomando el papel de papá, muy enserio. Me ha estado cuidando de Ezra, mucho.
Ezra y yo habíamos llegado a un acuerdo. Un día después de que el se enojara, llego a mi habitación, pidiéndome perdón. Me dijo que se había comportado como un estúpido y que no importará que ya no fuéramos al baile juntos, pero que sin duda tendríamos que bailar juntos.
Faltaban sólo 3 días para que sea el día del partido y faltaban 4 días para que sean el baile.
Danna, mi estilista y la que hace mis vestidos, para los presentaciones y todo eso; viajó desde Australia para venir acá a ayudarme con el vestido.
No podía decir que era el vestido más hermoso más hermos o que haya visto en mi vida, sólo era un estupido vestido, que ni siquiera me gustaba del todo.
Creo que era la única chica, que no se emocionaba por el baile, la verdad es que he ido a muchas fiestas en mi vida que para mi un baile, era una más.
Papá me traía de aquí, para allá, ensayando para que todo salga bien esa noche. Tanto que me estresaba mucho.
- ¿Te gusta el color del vestido?- Me pregunto Papá.
- Claro.- Fingi felicidad.
- Lo podemos cambiar si a ti no te gusta.- Me dijo Danna.- Tengo unos hermosos vestidos, sólo tengo que ajustarlo a tu medida.
- Este es bonito.- Me dije mirando al espejo.
Era un vestido de color rosa pastel, Horrible ese color. Era largo y tenía unos detalles de unas flores en los tirantes.
- Tal vez lo intentamos con uno rojo.- Me sonrió Danna.
- Claro.- Le dije.
- ¿Jason, podrias ir a mi habitación? Ahí es donde tengo los vestidos.- Le dijo Danna.
- Por supuesto.- Dijo el.- Tomale las medidas exactas.
- Si.- Jason salió de ahí.- ¿Porque no dices la verdad Eh?- Me pregunto.
- ¿De que?- Me hice la tonta.
- Eh trabajo contigo, desde que eras una niña, te conozco bien. El Rosa no es de tu agrado, en cambio, el rojo, hace resaltar esos ojos café.- Sonreí.
- Papá quiere el Rosa.- Le dije.- Quiere que todo salga perfecto, sólo necesito complacerlo para que salga bien todo.
- No vas a complacer ni todo el mundo, hagas lo que hagas, siempre va a ver personas que no están conforme con lo que hagas.
Me miro en el espejo que tenía al frente. El vestido me quedaba bien, pero no me gustaba, hice una mueca.
- ¿Quieres el rojo?- Pregunto.
- Si soy de ayuda, te ves perfecta en ese vestido. Ahora imagínate con el rojo.
- Gallagher.- Lo salude.
- Oh!- Exclamó acercándose al aidan.- ¿Es el?- Asenti mirándolos por el espejo.- Eres la pareja perfecta para mi Ande.
- Gracias.- Dijo el tímido.
- Ven pasa, te tomaré las medidas para tu traje.
- ¿Que hace el aquí?- Pregunto mi padre.- No debe ver a ___.
- Sólo es un baile, no una boda.- Rode los ojos bajando de la tarima.
- ¿Cual escogeras? ¿El Rojo o el Rosa?
- Me voy por lo fácil, el Rosa se ve más elegante.- Decidí.
- ¿Estas... Segura?- Pregunto aidan.
- Si.- Dije.
- De acuerdo. Entonces tendremos que ver ahora los peinados, y el maquillaje. ¡Ah! Y los zapatos ¡Claro!
(...)
Me había podido salir de la vista fr mi padre, estaba en la biblioteca.
Revisaba el libro que había encontrado la otra vez aquí, por alguna extraña razón el libro estaba en blanco, todas las hojas en blanco. Era raro, pero bueno.
Como una tonta, escribí en la primera página.
"____ Amelia Anderson Estel"
- ¡Hey!- Exclamó el ojiverde.- Por fin te encuentro.
- Hola.- Cerré el libro.
- ¿Pasa algo?- Pregunto con el seño fruncido, negué.
- No, ya sabes.- Hice una mueca.- Cansada de todo esto. Pensé que sería fácil.
- Igual.- Tu estas en el equipo de Porristas, eh.
- Ajá.
- Tienes que animarme.
- Eso es obvio.
- Bueno, cambiemos de tema.
- ¿Tan rápido? O no tienes nada que decir.
- Exactamente eso, no tengo nada que decir.
Nos quedamos un momento en silencio, yo leyendo un libro que encontré y el observandome.
- Mmm...- Murmure al ver que hacía una mueca.
- ¿Porque te pondrás el vestido rosa? Digo te ves bien, pero el vestido rojo era perfecto.
- Quiero complacer a Jason.- Dije sin importancia, sólo quiero que esto acabe más rápido.
- No té importa, ¿Cierto?
- Y aquí vamos de nuevo...- Suspire echando mi cabeza para atrás y rodando los ojos.
- Si a ti no te importa, a mi si.- Me dijo firme.
- Si no me importará del todo, no te hubiera aceptado, ni siquiera estaría platicando contigo ahora.- Sonrió.- Oh no! No te creas tan importante.
- Ya me ilusione.- Me dijo con una risita.- Porque no confiesas que me sigues queriendo.
