Capítulo 16

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Ser valiente no significa guardarse lágrimas y sufrimiento,
Valiente también es ser libre en todo aspecto.

Soltar

Un llanto acompañado de jadeos cansados y una que otra respiración profunda, fue cesando de a poco hasta terminar en suaves gimoteos tranquilos.

Su nariz enrojecida quemaba y de ella no dejaban de sonar las constantes aspiraciones del líquido mucoso, es como si estuviera resfriada, sus ojos ardían y sea abiertos como cerrados y su cabeza no dejaba de dar vueltas. Después de todo, lloró hasta el cansancio; a su lado esta su mejor amiga que también se escuchaba sollozos entrecortados.

– Te ves horrible – Dororo intentaba hacer sonreír a su amiga después de todo.

– Mira quien lo dice, pareces una chica resfriada sin cura alguna – sonrieron entre ellas y dejaron que la brisa apaciguara el rojo de su cara.

Apoyadas entre ellas repasaban lo sucedido en la mente, se preguntaban ¿Qué pasaría ahora?¿Era el momento para hablar?¿Podían fugarse de las clases?¿Tenían maquillaje?

– Vámonos, no quiero quedarme y tener problemas ahora – Dororo se levantaba de su lugar y sacó su pañuelo para limpiar su nariz y respirar bien. Debía lavar su rostro para bajar la hinchazón de sus ojos y, como lo dijo, no espera enfrentar lo sucedido hoy, así que buscaría la forma de salir.

– ¿Te parece si le digo a mi padre que nos retiré? No va a querer a la primera pero seguro viene con decir "Ocurrió un accidente" – tal vez no iba funcionar, pero era mejor intentarlo.

– ¿Puedo quedarme hoy en tu casa? Seguro no le importa dónde estoy ahora y le diré a Mio-nee que no se preocupe –

– Por mi todo bien ¡Quiero una pijamada! – bajaron de la azotea empujándose entre risas y abrazando a su contraria de vez en cuando.

...

Tahomaru después de una ardua búsqueda y de cuestionar a algunas personas en el camino llegó a cierto baño en donde se encontraba encerrado su hermano.

Sin hacer ruido revisada por debajo de las puertas de cada cubículo, intentaba no tocar su rostro con aquel suelo y al mismo tiempo, fijarse si había alguien. Hasta que vio temblar a la figura de lo que pudo definir como su hermano, Hyakkimaru.

– ¡Hermano! – intentó abrir la puerta, pero esta parecía estar más que atorada, fue ahí que su pánico fue en creces, pues la puerta estaba sobresalía en un solo punto como si hubiera sido golpeada. En efecto, Hyakkimaru había estado pateando ese lugar para calmarse y no arañar su propia cara – ¡Hermano, abre por favor! –

"El narcisismo no es una cuestión de amor propio. Es casi en su totalidad desprecio por uno mismo"

Recordaba y retumbaba eso en su cabeza, su hermano estaba sufriendo y él seguía parado sin hacer nada.

– Hermano, respira suavemente y cierra los ojos; no pienses en los demás y escúchame. Ignora lo malo, céntrate en lo grandioso que eres, en lo mucho que vales y... Que te quiero, por favor no te asustes ¿Ok? – dicho esto Tahomaru abrió la puerta de golpe y observó como Hyakkimaru con un leve temblor.

Intento acercarse lo necesario, sin ajustarlo y tratando de ver si se había lesionado. Cuando lo tocó no hubo una buena reacción.

– ¡No toques!¡No! – lo intentó patear – ¡Fuera, no! – Tahomaru se apresuró a detenerlos antes de lastimarte y abrazó parte de cara.

Eco y Narciso I Hyakkidoro IWhere stories live. Discover now