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Los finos labios del azabache besaban la sensible piel del cuello de Felix, quien se encontraba a merced de su amante, devastadores besos compartían ambos hombres que se encontraban en la incomodidad de los asientos traseros del auto; después de h...

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Los finos labios del azabache besaban la sensible piel del cuello de Felix, quien se encontraba a merced de su amante, devastadores besos compartían ambos hombres que se encontraban en la incomodidad de los asientos traseros del auto; después de haber salido del tranquilo bar donde ambos habían confesado sus sentimientos, se encaminaron hasta donde el auto se encontraba aparcado, para luego marcharse rumbo al departamento del urólogo, y aunque podían controlar el deseo de besarse, ambos emprendieron una cadena de besos en cada semáforo en luz roja. Completamente excitados se desviaron del camino, conduciendo a una parte oscura de la avenida donde sin perder tiempo ambos se pasaron a los asientos traseros.

                     

Fuertes jadeos abandonaban la boca de Felix, cada que Hyunjin simulaba embestidas. La polla dura de Felix palpitaba bajo la tela de su pantalón y exigía ser liberada.

                     

—Y-yo necesito.... ¡Ummm!—jadeo cuando los dientes de Hyunjin apresaron uno de sus pezones sobre la tela de la camisa.—¡Santos cielos!—exclamó en un hilo de voz cuando su otro pezon fue mordido pero esta vez con ma rudeza.

                     

Ambos hombres se encontraban perdidos en el mar de placer que ellos mismo habían construido a base de intensos besos, y a ese punto ambos contaban con un duro y gran problema bajo sus pantalones, por lo que Lee en me dio de la atención que recibían sus pezones, se dedicó a desabotonar el pantalón de su amante, y bajar la cremallera, para poder ingresar sus pequeñas y tocas manos dentro de la tela del bóxer.

                     

—Joder—gruñó Hwang sobre el pecho de Felix.—Esta maldita camisa no deja que devore lo que es mío.—dijo antes de deshacerse de la prenda de Felix.—Mucho mejor.—murmuro antes de comenzar a succionar y morder los pezones del contrario.

                     

Lee soltaba fuertes jadeos y gemidos mientras acariciaba la dura polla de Hyunjin.

                     

—Quiero chuparle la polla, señor.—logró gesticular Lee con voz débil.

                     

—¿Eso quieres pequeño?—preguntó Hyunjin con voz ronca.

                  
                 
—Si señor.

                     

Hyunjin sonrió de lado, antes de acomodarse mejor en los asiento y de bajar hasta el espacio le permitía sus pantalones y ropa interior, dejando a la vista su gruesa y erecta polla.

                     

—Toda tuya, pequeña puta.—le dijo.—chupa o no voy joderte el culo.

The Urologist : HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora