Capítulo 42

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MÁS CERCA DE LA VERDAD


Llegando a casa, yo estaba sonriente, las cosas que había trabajado con Max ya estaba dando sus frutos, después de todo Max era otro hombre que al que conocí en vida. Quizá esa era la oportunidad que nunca tuvo, sus ojos brillaban de tanta felicidad, mi corazón palpitaba amor puro. Su cabello desarreglado, su rostro, sus manos, eran cosas que jamás podría olvidar incluso si él se iba siempre lo llevaría en mi corazón. Lo sé, es triste enamorarse de alguien que los días están contados.

Mamá estaba en el jardín debajo del árbol de manzanos de brazos cruzados.

—Nisha, ¿puedo preguntarte algo?

—Dime.

—¿Estás enamorándote de alguien?—achicaba sus ojos acercándose.

—¿En realidad quieres saber la respuesta?

—Por supuesto que si, eres mi hija y todo lo que te pasa también para mí es importante.

—Estoy enamorada de un hombre súper genial, mamá, él valora cada cosa mía, es el hombre que siempre esperé en mi vida—quedé viendo a Max, el se sentía orgulloso de cómo me expresaba de él.

—Suenas igual cuando yo tenia tu edad, me da gusto por ti, hija—me felicitó, abrazándome fuerte.

—Te quiero mucho, mamá, siempre has estado conmigo en todas mis etapas—la abracé con la misma intensidad.

—¿Cuándo lo presentarás?—quiso saber.

—No lo sé, mamá, es muy complicado, pero por el momento ya sabes que tu hija está enamorada—sonreí, dándole un apretón a su hombro.

—Vamos, terminaré de hacer la cena, báñate y cámbiate mientras termino.


—Te quedó muy delicioso esto mamá, ¿cuando me enseñarás la receta?—degustaba de su platillo.

—Imagínate si tú lo sientes delicioso, como me pasará a mi cada vez que te veo comer—sonreía Max masajeando su estómago en forma circular.

—Mañana prepararemos una tarta de manzana, aprovecharemos que el árbol de jardín tiene muchas—sugería mamá.

Me acomodaba el cabello detrás de mis orejas, Max estaba acostado y yo en la orilla. Él se levantó para susurrarme algo en el oído.

—¿Te he dicho que te ves muy hermosa de pijama?—acariciaba mi cuello de manera seductora.

Cerré mis ojos por un momento cuando dijo eso, la respiración de Max me daba en el oído creando un tipo de sensación extraña. Introdujo su mano debajo de mi camisa, acariciaba mi abdomen, se paseó por mi costado hasta llegar a mis senos, mi respiración se agitaba más. En ningún momento quería abrir mis ojos, sentía algo muy dentro que me impulsaba a seguir sintiendo todo esto.

—Mamá puede venir—susurré mientras tenía mis ojos cerrados.

—No vendrá, confía en mi—seguía acariciándome los senos.

La misteriosa muerte de Max  ✔️Where stories live. Discover now