Capítulo 22

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Maya no pudo evitar quedarse también dormida, la tranquila respiración de Carina la relajaron lentamente. Era ya de noche cuando Maya abrió los ojos, la morena seguía durmiendo a su lado y no quería moverse para no despertarla pero su brazo se había dormido y ya no aguantaba más la posición por lo que lentamente se fue moviendo hasta conseguir liberarse.

Una vez que lo hizo salió hacía la cocina y se sirvió también un poco de sopa para cenar, eran más de las 11 de la noche y no había comido nada desde el desayuno por lo que sintió su estómago crujir por el hambre. Se cogió el plato y se sentó en el sofá para terminarse la cena mientras que escuchaba las noticas en la televisión.

- ¿Qué ha pasado aquí?- Escuchó la voz de Carina a su espalda y se giró para mirarla.

- Lo siento, yo...- Maya se puso nerviosa, no sabía que decir, quizás había sido un atrevimiento haber limpiado la casa.- Yo... cuando llegue todo esta revuelto y tirado, además la nevera olía muy mal así que la limpie.- Contestó esperando que eso no hiciese enfadar a la morena.

- Gracias, no tenías porque hacerlo.- Respondió esta sentándose al lado de Maya.

- Carina, creo que deberías hablar con alguien.- Dijo Maya dejando de lado el tema de la limpieza.- No sé que hubiese pasado si yo no llego a venir a verte.- Aseguró cogiendo una de sus manos y mirándola fijamente, se podía notar su preocupación en los ojos.

Carina no supo que decir, simplemente se reclinó sobre el sofá y comenzó a mirar el techo pensando en todo lo que había pasado. Ella había ido a su casa a recoger algo de ropa y a ducharse cuando la llamaron y al llegar al hospital había muerto, además no dejaban de repetirse que lo último que había hablado con su padre fue por una discusión, y a pesar de todos los malos ratos que la había hecho pasar en su vida ella lo quería. Después recordó el ataque de nervios de Andrea que tuvo que ser sedado durante unas horas para intentar que mejorase y una vez que estuvo bien fue cuando volvió a casa y ya todo estaba borroso.

Recordaba llegar y ver una foto de su padre y Andrea, una de las pocas que tenían juntos, y en ese momento explotó y acabó tirándolo todo al suelo. Ella no era así, lo sabía, pero por alguna razón sentía rabia y a la vez culpa. Rabia porque todo se podía haber evitado si su padre se hubiese cuidado y medicado y culpa por no haber estado mas cerca por no haberlo vigilado más.

Maya estuvo en silencio pues había notado que la morena estaba teniendo una lucha interna, simplemente acariciaba su mano para intentar calmarla.

- Siento todo esto.- Dijo Carina dejando escapar una lágrima por su mejilla, lágrima que Maya limpió con su mano libre.

- No tienes que sentir nada.- Aseguró Maya mirándola intensamente.- ¿Quieres algo más para comer?- Preguntó para intentar que dejase de pensar en ello, en ese momento no quería hacerla sentir culpable.

- No creo que quede mucho en el frigorífico.- Contestó Carina.

- Tranquila, yo me he ocupado de eso.- Maya se levantó soltando lentamente la mano de la morena y dirigiéndose al frigorífico, cogió unas fresas y un plátano y los picó para después poner a derretir un poco de chocolate.

Maya adoraba eso, cuando se encontraba triste siempre recurría a darse un capricho de dulce por lo que decidió comprar algo así por si también ayudaba a Carina. Desde la cocina no podía dejar de mirarla, a pesar de que se encontraba mejor no podía apartar de su cabeza la situación en la que la había encontrado, y lo peor es que tampoco podía dejar de pensar en lo que podría haber sucedido si Andrew no la hubiese llamado.

- ¿Cómo has entrado?- Preguntó Carina que de repente se le vino eso a la cabeza, ni siquiera le había dado llave a Andrea, más por descuido que otra cosa.

Sobreviviendo.Where stories live. Discover now