Paraíso Infernal [+18] ©

~Capítulo Diez~

Necesito un descanso.

Mi rutina se basa en trabajar, estudiar, cuidar mi casa y sobrevivir.

Admito que, a pesar de ser reconfortante tener algo seguro, a veces me aburre tanta monotonía.

Me gustaría experimentar algo bueno, tranquilo; tener un poco de paz, algo de tiempo para mí en donde no me importe nada más que ser feliz.

Poder respirar sin pensar en qué cuenta tengo que pagar, qué examen debo rendir, qué cliente me toca esta noche… Poder desconectarme un momento de la realidad, por más efímero que sea.

Si, me gusta soñar despierta.

Retiro los cubiertos sucios de la mesa y los llevo a lavar, ya casi termino mi turno. Se puede decir que hoy fue un día estresante.

Una vez que trabajas atendiendo personas, no vuelves a ser un mal cliente nunca más.

Me tuve que aguantar las ganas de tirarles el café encima, en otros tiempos lo hubiera hecho.

Con toda la bronca* del mundo, por los clientes insoportables que me tocaron hoy, me dirijo a guardar mis cosas.

*Bronca: ira

Cruzo las puertas y respiro hondo tres veces. No voy a dejar que esto me arruine el día.

Ya tengo preparado el bolso que voy a utilizar esta noche, con los elementos requeridos.

Hoy voy a descargar mi enojo de una manera productiva.

Observo los zapatos que tengo guardados, los más altos de todos.

Esos voy a usar.

No me preocupo demasiado por la ropa, de todos modos no la voy a tener puesta mucho tiempo.

Dejo todo acomodado en un costado de mi cama y me pierdo en los apuntes.

Poco me falta para terminar la carrera, por lo que me estoy matando con los estudios.

Son reducidas las veces que voy a la universidad, por lo general curso de manera virtual y solo me acerco para rendir. Supongo que este nuevo plan que están implementando para los estudiantes es efectivo para mí; el horario es ideal para trabajar y me deja tiempo para algunas otras cosas.

Es algo experimental que comenzaron, para ver nuestro desarrollo de esta manera, pero confío en que va a salir todo bien.

Hasta ahora, no me puedo quejar.

La tarde se me pasa con la nariz metida en los libros y anotaciones. Dicen que el saber no ocupa lugar, pero a mí en cualquier momento me explota la cabeza.

Conecto el celular al pequeño parlante que tengo y comienzo a reproducir mi lista.

Para encontrarme con este hombre tengo cierto ritual de preparación previo.