~Capítulo Catorce~

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No sé cómo explicar lo que siento justo ahora.

Aunque no pasé lo mismo que él, tengo mis propias experiencias, por lo que puedo ponerme en su lugar.
Aún no me entra en la cabeza todo lo que tuvo que pasar a tan corta edad, considero que tuvo una fuerza de voluntad sorprendente, muchos no soportarían tantos sucesos en cadena.

Él parece despertar de algún tipo de trance, por lo que hace ademán de echarse hacia atrás, pero no se lo permito, no cuando veo sus orejas teñirse de un suave color rojizo.

Con el corazón yendo a un ritmo descontrolado, mantengo la conexión de nuestras miradas, comunicándole sin palabras que puede confiar en mí, que puedo comprenderlo y que no tiene nada de lo que avergonzarse.

Sus orejas se vuelven un poco más rojas, pero me olvido de eso al darme cuenta que seguimos en la misma posición, él rodeando mi cintura con sus brazos —aún sentado en el taburete— y yo tomando su nuca, trazando distraídamente un patrón aleatorio con mis dedos.

Doy un paso hacia atrás y me aclaro la garganta, cuando la situación me golpea con una súbita oleada de repentina incomodidad, haciéndome sentir la falta de su calor al alejarme.

Yo no voy por la vida abrazando a todas las personas tristes que veo, pero supongo que me resultó inevitable al ver su estado de desolación. Creo que esa es la única justificación coherente que se me ocurre.

—Admiro tu fuerza —admito, mientras vuelvo a sentarme al otro lado, intentando apaciguar la pesadez del ambiente—. No debe haber sido fácil para ti, pero creo que lo haz hecho mucho mejor de lo que cualquiera hubiera podido esperar. —le dedico una pequeña sonrisa honesta, haciendo que él se remueva en su asiento.

—Creo que… —carraspea— creo que me desvíe un poco del tema principal —se endereza en su lugar, retomando la postura erguida que porta siempre—. Lo importante aquí es que Lisa, eventualmente, tendrá que enterarse de la situación de Taylor, ella me dijo que se debían una confrontación —parece asombrado mientras habla—, ella quiere darle una oportunidad para contar su versión de la historia.

—Sé que es algo que no me corresponde contar, pero creo que la situación lo amerita —digo, confiando en que sabrá guardar el secreto—. Lisa es una persona muy sensible, pero sensata. Ella cree que, antes de formar su propia familia, debe resolver los problemas con la que ya tiene. Nunca habla sobre esto, pero la pasó muy mal con la separación de sus padres, ella sufrió mucho la ausencia de Taylor, una vez me dijo que vivió toda su adolescencia preguntándose por qué no era suficiente ni para su propio padre. —Recordar eso no hace más que molestarme, ella es una persona hermosa, no merece todo lo que tuvo que pasar.

Él, casi como si estuviera en modo automático, saca una caja de cigarrillos del bolsillo y toma uno, junto con un encendedor, pero se frena a medio camino.

—¿Te molesta si fumo? No quería molestarte con el humo, pero creo que lo necesito para no ir y matar a ese hijo de puta yo mismo. —le indico con la cabeza que no hay problema y él me tiende el pequeño paquete, a modo de ofrecimiento.

—Fumo desde la adolescencia, solo que ahora lo hago muy de vez en cuando. —explico, respondiendo a la sorpresa que refleja al verme tomar un cigarro y darle una pitada.

Se detiene un momento a observarme, como si quisiera preguntar algo, pero parece desistir, porque solo da una calada y sigue hablando.

—Me parece bien que quiera darle la oportunidad de aclarar ciertas cosas, pero él no se merece ni un solo minuto de su tiempo —suelta el humo por la nariz—. Pero confío en que ella ya es lo suficientemente grande como para decidir qué hacer.

Paraíso Infernal [+18] ©Where stories live. Discover now