Para ti, una última vez

Quería volar

Para ti, el único que me hacía volar:

Quedan dos días para mi misión y cada vez estoy más asustado. ¿Alguna vez has sentido que el mundo gira demasiado rápido como para poder alcanzarlo? Así me siento ahora mismo, y temo no poder seguirle el ritmo.

He releído la carta anterior tantas veces que creo que podría recitarla de memoria, decirte incluso donde coloqué cada coma. Es lo único que me mantiene un poco tranquilo, pensar que debo luchar para que nunca tengas que leer esa carta tan desordenada.

Le he pedido a Momo que te las entregue si me llega a pasar algo. La pobre ha llorado solo de imaginarlo, me da mucha pena verla así. Si ya no estoy, ¿me harías el favor de cuidarla? No quiero que vuelva a dejar de sonreír, ella no merece eso.

Sé que tú eres fuerte, podrás ser su apoyo y le darás la confianza para que pueda volver a volar. Lo sé por que tú fuiste el que cumplió mi sueño.

Recuerdo que cuando era pequeño deseaba volar más que nada en el mundo. Veía los aviones y solo podía pensar en lo maravilloso que sería poder subir en uno, ver el mundo desde tan arriba. Era un sueño tan simple y, sin embargo, jamás pude llegar a subir a uno de esos aviones que tanto admiraba. Sentía que mi sueño nunca se haría realidad, un sueño tan sencillo y aún así...

Cuando te fui conociendo, descubrí que no me hacía falta un avión para volar. Tampoco necesitaba alas ni pedirle a Tokoyami que me elevara con Dark Shadow por el aire. Solo te necesitaba a ti para sentir que todo era insignificante comparado con nuestra existencia.

Tú volabas con tus explosiones y yo lo hacía con mirarte.

¿Soy muy cursi por decirte estas cosas? Supongo que sí, aunque dada la situación creo que tengo derecho a hacerlo.

Todavía ahora, a tan solo dos días de seguramente dejar este mundo, creo que jamás me he sentido tan libre como a tu lado. Cuando tu sonrisa brillaba al mirarme, cuando escuchaba tus dulces palabras en los momentos en los que más lo necesitaba. Sentía que por fin podía volar, siempre y cuando tú fueras el que me elevara.

Un día dejé de hacerlo y la caída fue tan dolorosa que a día de hoy sigo llorando por ello. Ya me culpé mucho en la carta anterior, siento la necesidad de seguir haciéndolo. Si tan solo hubiera hablado en vez de callar, si hubiera esperado una respuesta en vez de alejarme. ¿Crees que las cosas habrían sido diferentes? ¿Crees que ahora estaría en casa en vez de en un cuartel vomitando mis sentimientos en un papel?

Dicen que los sentimientos que no expresamos en alto son los mismos que terminan consumiéndonos. Supe que era cierto cuando decidí aceptar esta misión prácticamente suicida, esta que al fin me alejará de absolutamente todo.

Yo ya estoy perdido, Bakugō, pero prométeme que tú no harás lo mismo que yo. Cuando sientas algo, grítalo a los cuatro vientos y espera que todo salga bien. Es mejor hablar y equivocarse que callar y arrepentirse.

Sé el más libre de todos, vuela como solo tú sabes hacerlo. Y cuando caigas, yo tiraré de ti para que vuelvas a emprender el vuelo. No permanezcas en el suelo como yo hice, ni te dejes abatir por guardar en tu interior más de lo que puedes contener.

Tú me hiciste volar pero yo decidí caer. Ahora, yo quiero hacerte elevar y no dejar que nunca nadie te derribe. Esté o no vivo, seguiré cuidando nuestras alas para poder volar al compás.

Recuérdame así, por favor. Recuérdame como la persona que más deseaba verte feliz y libre, la persona que te quería de todas las maneras en las que se puede querer a alguien.

De la persona a la que le hiciste creer que los sueños podían hacerse realidad,
Kirishima Eijirō.