CAPITULO 18 EL ANILLO DE COMPROMISO

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El chisme en la oficina corrió como la pólvora. Cuando la junta del cuartel se fueron a comer al corrientazo, Sofía y Berta comentaron a las demás todo lo que había ocurrido en presidencia. El cambio de Betty, la relación que tenia con Armando y el supuesto embarazo de ella. Todas estaban alborotadas por tales noticias.

Armando acomodo a Betty en su habitación y dejo a Doña Julia con ella, mientras él hacia mercado.

Betty y Doña Julia se dan un gran abrazo y Betty rompe a llorar en los brazos amorosos de su mama.

B: Le he echado tanto de menos.

D.J: Yo también mamita. La casa es otra sin usted. Le falta su risa y alegría. Ahora es una casa triste. Estoy muy enfadada con Hermes, no le dirijo la palabra. No debió tirarla de casa por una estupidez así.

B: Estoy muy asustada mama, no quiero que me pase lo mismo que me paso con Miguel. Armando me dice que me ama, que soy la mujer de su vida. Pero no sé si eso es verdad.

D.J: ¿Qué le dice su corazón mija?

B: Que todo lo que siente por mi es verdad.

D.J: ¿No estuvo dentro de su cuerpo?

Betty sorprendida: ¿Y usted cómo sabe eso?

D.J: Él me lo contó, pero yo ya lo sabia. Me lo dijo una mujer extraña, cuando usted tenia 8 meses y caminábamos por una feria ambulante. Esa donde su papa le gano al muñeco Beto. ¿Conectaron de una manera muy fuerte usted y Armando?

B: Si mama, es algo que nos atrae muy fuerte del uno al otro. Una atracción a la cual no podemos resistirnos y acabamos haciendo el amor, una y otra vez, lo peor es que no nos hemos cuidado, pero él esta feliz de ser papa. Y yo se que él no quería ser papa con Doña Marcela.

D.J: Porque no la amaba Betty, por eso no quería tener hijos con ella. En cambio se leve tan ilusionado y enamorado de usted. Le brillan los ojos cuando la nombra y sonríe como un bobo cuando la ve. Dele esa oportunidad que le esta pidiendo. Están hechos el uno para el otro. Se les ve y no es por lo que dijo esa extraña mujer, sino por como se comporta con usted. Por lo poco que he visto, la trata como a una reina.

B: Si mama, él siempre esta pendiente de mi. Hoy me ha echo el desayuno y ayer me llevo a comer a un restaurante en los cerros de Monserrate. Las visas son espectaculares y anoche pidió comida china para cenar. Estaba muy buena.

D.J: Betty no desperdicie esta oportunidad. El amor verdadero aparece una o ninguna vez en la vida. Aprovéchelo mija, dese una oportunidad y sea feliz.

B: Gracias mama. Gracias por sus consejos y estar siempre a mi lado.

D.J: Esa es la labor de toda madre mija y usted también la tendrá que hacer, si lleva en su interior el fruto de ese amor que se están profesando.

B: Mama, Armando me ha pedido que me case con él.

D.J: ¿Y qué le ha contestado mamita?

B: Que no, no quiero que se case conmigo por obligación o compromiso.

D.J: Pero ustedes todavía no saben con certeza si van a ser papas. Así pues, eso queda descartado. ¿Usted es feliz a su lado Betty?

A Betty se le ilumina la cara y sonriendo dice: Si mama, soy muy feliz a su lado.

D.J: Entonces a que espera para abrir esa puerta, entrar, ser feliz y dichosa. Bettica tiene la felicidad al alcance de su mano. No sea terca y por su mala experiencia se cierre en banda. ¿Él le hizo daño? ¿La maltrato?

B: No mama, él es muy dulce y tierno conmigo.

D.J: Pues entonces, no lo dude más y cásese, formen una familia y sean felices.

B: Hoy teníamos una cena con su familia. Ellos no me aceptaran, como tampoco aceptaron al marido de Camila, la hermana de Armando. - Betty le cuenta toda la historia a su mama. -

D.J: ¿Y qué opina Armando de ello?

B: Él dice que le da igual que lo deshereden, que teniéndome a mi le sobra y le basta. Que si hace falta renuncia a la presidencia y nos vamos a otro sitio a empezar de cero.

D.J: Ve mija, que más pruebas necesita para saber que ese muchacho la ama.

B: ¡Es cierto mama! Porque el ama Ecomoda y esta dispuesto a renunciar por mi. Yo se lo oí decir hoy a sus papas.

Armando llega cargado de bolsas y Doña Julia le ayuda a colocar la compra.

A: ¿Se quedara a dormir Doña Julia?

D.J: No mijo tengo que volver a casa. Hermes no sabe ni freírse un huevo. Dejo a Betty en sus manos, se que estará bien con usted.

A: ¿Puedo enseñarle una cosa? Necesito su opinión como mujer.

D.J: Claro mijo ¿De qué se trata?

A: Ahora vuelvo. - Armando va a su despacho y vuelve con una cajita. - ¿Usted cree qué le gustará este anillo de pedida a Betty?

Doña Julia asombrada: Es precioso Armando.

A: Era de mi abuela. Mi abuelo tuvo que trabajar mucho y muy duro para comprable este anillo de pedida a mi abuela. Se encapricho de él, en el momento lo vio en la joyería. Él le dijo al joyero que ese anillo lo llevaría su prometida y así fue. Cuando mi papa cumplió la mayoría de edad, mi abuelo se lo dio para que se lo regalara a la mujer de su vida, ósea, mi mama y cuando yo cumplí la mayoría de edad, mi mama me lo dio a mi y yo se lo daré a Betty.

D.J: ¿Y no sé lo dio a esa otra muchacha, la qué fue su prometida?

A: No Doña Julia, porque yo sabia que no era la mujer de mi vida. Mi madre me insistió muchas veces en que le diera el anillo, pero yo sentía que ella no era la mujer de mi vida. Con Betty no tengo ninguna duda, quiero formar una familia con ella. Y este es el anillo perfecto para ella.

El anillo era un corazón de rubí, rodeado de pequeños diamantes.

D.J: Le encantara a Betty, cuéntele la historia del anillo.

A: Así lo haré.

D.J: Mis bendiciones, voy a despedirme de Betty.

A: Doña Julia, yo la acerco a su casa. Betty estará bien. No tardaré mucho en ir y volver.

Doña Julia se despidió de Betty y Armando la llevo a su casa.

LA PROFECÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora