Capítulo 17: Prudencia.

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Eva

Debía dejar de mirarlo, ¿por qué sigo mirándolo? ¿Qué hago mirándolo? Mi querida lucha interna es debido a mi poca capacidad de dejar de mirar a elias, estamos en la última hora de clases y es viernes, pero no he prestado atención a nada por estar mirándolo. 

¿La razón? Me ha ignorado todo el día. A todas horas a estado distante y esto me está llenando de intriga. Talvez se aleje de nosotros y este empezando por ignorarme, si, debe ser eso. Se acobardo. Todas sus palabras fueron en vano. 

- ¿Te pasa algo? - me pregunto adrien sacándome de mis pensamientos. 

Ese era otro tema, además de que elias me está ignorando, adrien se ha pasado el día pegado a mí. Como un maldito chicle, no quiero ser grosera, pero por más de que lo diga de amable manera el no entendía. 

-nada. - le respondí. Decidí fijar mi vista en owen. 

- ¿Tu novio te está evitando? - Su voz sonó llena de odio. 

- ¿Novio? Aquí no está tom Felton. - una sonrisa sarcástica se posó en mis labios. 

Antes de que el pudiera reaccionar, el timbre de cambio de hora me salvo, salí como alma que lleva el diablo evitando continuar esta conversación con adrien. 

A lo lejos vi a ivan y lo saludé con un simple movimiento de mano, nuestra relación a mejorado bastante, se ha vuelto muy leal a nosotros, incluso nos ha ayudado a organizarnos mejor. 

Este sábado iremos a Super nova, esa es la discoteca a la que ira steven en esta semana. El cambio de planes es siempre, no dejarnos ver como tal, pero tampoco pasar tan desapercibidos. 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por ivan, me tomo del antebrazo y me metió a un salón de clases, sonrió y cerró la puerta por fuera dejándome encerrada dentro. 

- ¿Qué haces idiota? - le grite y golpee la puerta, el solo sonrió del otro lado de la ventanilla que tenia la puerta. 

-pareces una fiera. - la voz de elias me hizo parar. 

Me di la vuelta para verlo, su pelo rubio iba peinado hacia atrás de manera desordenada, sus ojos azules brillan con una cierta diversión, llevaba puesta una camiseta blanca, junto con una chaqueta negra y unos jeans oscuros. 

Empezó a caminar hacia mí con una sonrisa despreocupada en el rostro, se detuvo cuando estaba a pocos centímetros de mí. 

-Hola lucero mío. - saludo como si nada. 

-aléjate. - le dije y levanté mi mano colocándola en su pecho para dejar un espacio prudente entre nosotros. 

Aunque hablando de el pierdo toda mi prudencia. 

- ¿por? - me pregunto sin borrar esa sonrisa. 

Le mire sorprendida, tenía el descaro de preguntarme la razón de mi actitud. Yo no le debía explicaciones, ni el a mí, aunque mi curiosidad me estaba ganando lentamente. 

-me has ignorado todo el día. - le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho. 

-tus...-dejo la frase en el aire y señaló mi escote. 

MDT: Mi querido entrometidoWhere stories live. Discover now