•1•

42 1 0
                                    

-Alina ¿Podrías traerme la tela de allí?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



-Alina ¿Podrías traerme la tela de allí?.-
Cuestiona mi madre señalando la mesa.

Asiento caminando hacia la mesa, sostengo la tela para entregársela mientras prosigo en mi trabajo. Mi familia tiene una empresa textil donde producen vestidos o en un sentido común los crean.

Siempre he admirado su trabajo en el reino por tan destacados diseños, tienen un talento increíble. El reino Leucosia se caracteriza por su pureza en torno al blanco demostrando que es una tierra " Santa" una gran mentira creada por los reyes para dibujar el reino como un lugar celestial.

Una gran mentira, debido a que el primer reino Teles es el mejor por el cual tiene todo.

Con esto refiero a que existen tres reinos que predominan en el primer top está Teles. El reino donde el rojo es su logo mostrando en frente su gran significado, he escuchado de muchas personas que es un lugar digno de admirar, que es enorme además de la gran población que lo abarca pero el misterio de ese reino siempre será su rey.

Por lo que se pocas personas han logrado capturar su físico debido a que es una persona arisca con el público. Su representante Ascar es quien da la cara en muchas ocasiones de su reino como sus servicios agregando que aquel gran lugar es donde existe la mejor minería del mundo.

Es un reino que agraciado queda el talón corto.

Frunzo los labios viendo que el vestido que estoy haciendo no me convence del todo, los tonos rosado palo con azul cielo son buena combinación pero el modelo revelador del vestido me hace dudar de aquello. Hago un encargo para una de las hijas de las grandes sociedades para el próximo bailar anual llevado a cabo en el gran castillo de Leucosia, un lugar venerado por sus esculturas blanquecinas de piedras preciosas además de sus exóticos modelos.

Tomo un vuelo con diseño de ramas pegándolos al vestido, niego, no me esta gustando nada el vestido. Encima que no es mi gusto ~ pero en este negocio eso no vale~ muchos menos con los gustos exigentes de la señorita mimada.

Miro a mi lado observando como mamá cose un vuelo para añadir un vestido mientras mi hermana en un rincón del lugar sigue en su tarea de agregar diamantes a algunos vestidos. Somos personas agraciadas de tener un buen estatus en la sociedad mucho más donde es difícil ganárselo por la insistente competencia.

Prosigo terminando el vestido satisfecha de que haya quedado bien sin embargo no conforme.

Alisó mi vestido quitando los hilachos quedados en este, recojo mi largo cabello negro en una coleta para dirigirme a casa. La barriga me gruñe furiosa por la larga espera de no haber comido por horas concentrada en terminar aquel pedido.

Gracias a los cielos tengo mi vestido.

El baile se realizará en dos días, donde personas de todas las posiciones tienen invitaciones para celebrar aquel dia tan importante para la nación, usualmente el régimen de vestuario son tonos suaves. Al creerse un reino pulido no se permite los colores fuertes, llamativos u oscuros, todo tiene que basarse en colores " suaves" que demuestren la representación del lugar.

Lo que más admiro de mi hogar o en si el reino son las hermosas casas donde se alojan los habitantes. Son pequeños pero bien distribuidos espacios donde sentirse cómodo es lo de cada día encima de que no existe la " pobreza ". Aquellas personas sin empleos la sustentan el reino ~ sin un motivo donde sale esa gran economía que no se produce ~ es eso mi más grande sospecha de acá.

Abro la puerta de casa recibiendo el asombroso aroma de flores silvestres, miro las paredes y ventanales blancos buscando. Al parecer mi hermano y mi padre aún no llegan en su apartado día de pesca, suspiro pensando en que me tocará hacer la cena pero estoy tan cansada que busca alguna excusa para darles.

Me despojo de mis ropas para entrarme a bañar, miro mis blancas manos en el agua. Cierro los ojos permitiéndome descasar del día tan agotador, tengo desde la mañana despierta ayudando para que no se atrasaran. A mis 20 años es lo único entretenido para hacer, debido a que pocos tenemos permiso a viajar a otros reinos encima de el largo proceso para hacerlo.

Nos quieren mantener cautivos.

Así como Leucosa tiene cosas buenas, tiene lo mal y es su estricto reinado donde pocas personas pueden aventurar más allá de las fronteras de lugar. Restringiendo el uso de visitar el reino de Teles. Las personas de alta sociedad se pueden dar el lujo de ir y venir por sus tratos además de sus compras, murmuran muchos por la calles que unos de los motivos es el vestuario.

No es un secreto que la vestimenta de Teles es un vestuario Lascivo, donde exponer la piel es una normalidad igual que puedes andar con pocas prendas no dan una opinión. Acá está mal vestido enseñar totalmente las piernas, pero allá es como hablar del clima.

Completamente normal.

Colocó mi pijamada soltando mi pelo cepillándolo para dejarlo en sus ondas naturales, bajo las escaleras encontrando a mamá cocinando.

¿Cuando llegó que no la escuche?

-Mama.- Saludó cordial besando su mejilla.

-Alina, cariño llegue hace un rato, estaba llamándote pero al parecer no me escuchaste.- Explica.

-Lo siento mamá, estaba distraída. ¿Te ayudó en algo?.- Comentó acercándome.

-Tranquila bebe, tu solo atiéndeme esto mientras me doy una rápida ducha.- Se marcha.

Atiendo la sopa mirando por la ventana frente a mi, ahí se alza un hermoso jardín llenos de flores blancas. No es raro las hermosas flores dadas en este lugar como lo son de naturales.

Muerdo mi labio pensando en que me da pesadez no encontrar respuestas a mis dudas. Tengo la mente muy curiosa por lo que estar todo el día cuestionado no es extraño, pero todo estos años todo se centra en el reino Leucosa.

Por más calmado que sea el lugar algo me dice que existe una cosa más allá de lo que demuestra.

Toda la pureza tiene algo detrás.

Bajo mi cabeza apoyando mi mano en la meseta, el príncipe Betmall es una total sensación entre las mujeres de todas las edades igualmente que su belleza es un peligro atrayente para muchas.

Vuelvo a la realidad escuchando como mamá entra hablando de algo a la cocina quitándome el puesto para comenzar a servir la cena. La ayudó ordenando la mesa, para al rato estar todos sentados.

Mi padre y hermanos felices por su agraciado día de suerte en el lago consiguiendo más de un pez. Sonrió, estos momentos son mis favoritos escuchando sus anécdotas divertidas.

Teles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora