" -Yo... No puedo escucharte. "
La vida de Mitsuba era miserable, de un día a otro no podía escuchar El trinar de los pájaros. Pero las cosas cambiarían cuando una " luz " llegará a su vida.
• Deaf ! Mitsuba au
• Au dónde todxs están vivos y viven e...
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Chicos. Los chicos eran lindos, ¿No?
Sin embargo a el nunca le habían gustado, Kou sería el primero. Bueno, ciertamente nunca le había gustado alguien en su vida, no como Minamoto comenzaba a hacerlo.
¿Entonces Kou era su primer amor?
Joder, eso sonaba directamente sacado de una película romántica de esas en rebajas, quizá debía replantear sus palabras.
No había querido darle muchas vueltas al asunto, pero en tardes así dónde no tenía nada que hacer era inevitable no hacerlo. A diferencia de Kou, no se tomó la idea de ser homosexual con tanta naturalidad, el todavía no lograba acostumbrarse. Años y años de heteronormatividad tenían sus consecuencias, después de todo.
En ese momento se encontraba de mirando al techo de su cuarto, con la cabeza colgando por la punta de la cama, de espaldas. ¿Realmente le gustaba Kou siquiera, cómo podía saber que no estaba confundido? Llegado a ese punto trataba de hacer lo que fuera para negar el que le gustaban los chicos.
Desde hace dos semanas y el incidente del almuerzo le había estado haciendo bentōs casi hasta tres veces por semana, se había tomado el tiempo para ver comida vegetariana para solamente cocinarle a el, por favor, hasta le había dado recomendaciones para mejorar su dieta.
Aún así, ¿Que hacía que le gustara, era el chico, o la atención que le daba?
Trató de cuestionarse, pensando que quizá como nunca había tenido amigos antes, necesitado de afecto, simplemente estaba confundiendo sentimientos amorosos con platónicos.
Aún así al instante pareció que su foco se prendía, esa era una pregunta boba. El apoyo incondicional y la atención eran algo fundamental en el momento en el que una persona se fijaba en alguien, le gustaba que se preocupara por el tanto como Soūsuke se preocupaba por Minamoto. Además todas las veces que había imaginado volverlo a besar hasta que sus labios se duerman no creía que fueran algo simplemente amistoso.
Aún así estaba confundido, ¿Que había de las chicas, le gustaban? Nunca lo pensó con profundidad, sin embargo le gustaba un chico, ¿Entonces no le podían gustar las chicas, le podían gustar ambos?
Vió como su madre entraba por su puerta de forma tranquila, venía a avisarle de que iba a salir de nuevo con ese señor, probablemente. A este punto no le importaba. Había pasado un mes desde que su madre había empezado a salir con el señor Yugi para hablar de “Temas económicos”, la excusa estaba tan usada que simplemente ya no podía creerla, luego de un tiempo, se dió cuenta que estaba siendo egoísta.
Su madre era una mujer que en un par de años entraría a sus cuarenta y cinco, no tenía vida amorosa desde que empezó su vida adulta, dónde fue embarazada por un amor de verano que la dejó y nunca más supo de ella, en la actualidad mantenía un hogar, un adolescente hormonal y sordo que no hacía más que darle problemas, y sin embargo no escuchaba una queja de ella en todo el día, entonces se preguntaba, ¿Con que derecho le podía negar a su mamá tener una vida amorosa activa, después de todo el sacrificio que había realizado por el?
