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Ah, diciembre, definitivamente unos de los meses más lindos del año, en especial para Kou

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Ah, diciembre, definitivamente unos de los meses más lindos del año, en especial para Kou.

Aunque pareciera una persona veraniega, la verdad es que el corazón del hijo del medio de los Minamoto le correspondía al invierno, no lo malentiendan, el verano era genial, pero nada le ganaría a una buena taza de chocolate caliente, y en especial, su cumpleaños, que por cierto sería era dos días luego de la mejor festividad del año a su opinión, navidad.

Sumando el inicio de su mes favorito, y la visita del chico que le gustaba días antes, Kou se encontraba mucho mejor que la vez en que Soūsuke lo visitó, desde ese momento habían pasado tres días.

Después de todo, Mitsuba y su padre tenían razón, el no tenía nada que ver en una ruptura amorosa, por más que se intentara convencer de ello, sin contar lo de el amante que tenía. Definitivamente no había nada que hacer, "Interviniendo", o no, no había nada que hacer, iba a pasar algún día. Ahora solo debía ayudar a su familia a salir adelante y mantenerse fuertes, en unión, especialmente a Tiara, quien parecía estar triste en demasía.

De aquella forma Kou se levantó más temprano de lo usual a preparar el desayuno. Sacó su bufanda nueva.

¡Oh, cierto! Lo había olvidado, aquel día en el cual volvió a la escuela, el regalo por parte de Mitsuba que le esperaba era una prenda de ropa invernal, una bufanda preciosa de color azul marino, la había hecho el mismo, segun sus palabras. Desde ese instante se la ponía siempre que podía, aunque se estuviese muriendo de calor, cosa que para su suerte era poco probable debido al comienzo del invierno. Ese año la dicha temporada había comenzado muchísimo antes de lo habitual, lo cuál sería por el día veinte o veintidós, definitivamente el frío no tenía paciencia.

De tal forma, en múltiples abrigos y su nueva bufanda, bajó las escaleras para prender la estufa, el gas, y comenzar a cocinar, como siempre disfrutaba hacer. Su familia era bastante tradicionalista en el ámbito de la alimentación, no recordaba haber comido un desayuno occidental hace años, no como Mitsuba, quién vivía a base de pan y dulces como los dorayaki.

Realmente amaba cocinar, el ver cómo todas los ingredientes se juntaban en uno, que terminaba siendo delicioso le parecía emocionante, nunca verías a alguien tan feliz cocinando como lo era Lou Minamoto. Mientras preparaba la sopa de miso para los demás, pudo escuchar los pasos de su padre, quien recién venía despertando, suponía, al ver a su hijo cocinando tan temprano, acudió a verlo, bostezando.

—¿Kou? —Entró al lugar dónde su hijo cocinaba, sentándose en la mesa—. ¿Que haces despierto tan temprano? Son las ocho de la mañana, y es sábado.

—Lo sé, papá. —Rió de forma sutíl—. Quería cocinar el desayuno, se que tu y Teru se levantan a las nueve en punto cada día, de hecho pensé que te tardarías más.

—Yo también. —Ambos rieron—. Simplemente dormí mal ayer.

—Ah, ya veo. —Se dió vuelta, para mirarlo fijamente—. Espera, ¿Es por lo de...? —El adulto suspiró, de forma pesada.

" Luz. " - Mitsukou ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora