🥀Capitulo VI: Pucca🥀

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—¡¿Cómo dices que dijiste?!

—Lo que oíste.

Ja ja

Que oportuna, conciencia traicionera.

Siempre al servicio de humillarte tonta.

—Es que te escucho y no lo creo.—Expresó Delfina mientras tomaba su Strawberry Freeze con lentitud.—Ósea...—Divaga un momento tanteando su cabeza.—En un momento así, han pasado muchas cosas y yo estoy un poco impactada.

Wow, le salió idéntico al del español.

Cállate.

—No eres la única.—Replica Jenny mientras acomoda los vestidos de verano en los blísteres donde pasaran tanto otoño como invierno hasta que se asome la primavera.

Si bien estamos en verano, Agosto pronto terminara cuando menos lo esperemos las hojas caerán, o la fiebre de heno llegara. 

Es una gripe debido al cambio de temperatura y algo que un medicamento prescripto resuelve en menos de 48 horas pero para Jenny, empieza la batalla.

A veces me pregunto seriamente como lidiaba de pequeña con sus ataques de asma con cada cambio de temperatura, no es una enfermedad que tenga cura y es triste pensar en todas sus temporadas en el hospital. En lugar de celebrar Halloween, Día de Acción de Gracias, San Valentín o El Dia de las Bromas debía estar en casa para que el polen no le cerrara la entrada de aire.

Tener una familia de médicos como vecinos tiene su cuota de beneficio.

—Ahora me pregunto seriamente que pasó por la mente de Grey.

—Yo también porque creí que se le tiraría encima con la oportunidad.—Acotó Jenny al ver todo el deposito en orden para que a partir de la próxima semana nuestros reemplazos se ocupen de la clientela. Este fue el acuerdo de mi abuela con la madre de Jenny, trabajar hasta la época de exámenes para que no perdamos el enfoque pero teniendo un pequeño ingreso como para darnos un gusto o para apañar nuestro material universitario.—Es decir, ¿Quién no lo haría?

No negare que estuve tentada de hacerlo pero creo que el aprieto y mi amistad valían mas que mis hormonas agitadas.

—Solo quedémonos con que pude controlarme con Grey a centímetros de mi, pensar fríamente y...

—¿Pensar fríamente?—Inquirió sarcástica Jenny.—Le frotaste encima, Elena.

Creo que voy a vivir en este deposito mientras Delfi esta tratando drásticamente de un escupir su ultimo sorbo de su batido. 

—¡Jennifer!

Mis mejillas arden, debo estar echa un tomate.

—Que sutil Cortes.—Musito Delfina cuando se recompuso de su batido y se rio del comentario.—Recuerda que Pucca aun sueña con Garu que comen fideos y ya sabes la canción.

Esto no es bueno, le está alzando las cejas con esa mirada tan escalofriante que temo lo peor.

Jenny parece confundida e ignora la indirecta de Delfi para que desalojemos el deposito hasta nuevo aviso. Ella lleva la llave como collar por el diseño y además de que es un buen chivo expiatorio para todo aquel que quiera robar vestidos.

Aunque no lo crean, han robado vestidos costosos y son encontrados en las subastas, los misterios del hurto le dicen los periodistas.

Cambiamos el cartel, acomodamos los maniquíes, hacemos el recuento, bajamos las persianas, entre tanto Delfina averigua que restaurantes o cafeterías están abiertas para invitarnos a comer.

El Rechazo Duele ✔️ [Padecientes #1] Where stories live. Discover now