El frío calaba en los huesos de todos, había sucedido algo. Un asesinato...
Una persona muy especial para todos había sido asesinada y los sospechosos estaban más que preocupados, el ex, la mejor amiga, el primo y la pareja clavaban sus miradas en e...
Sangre en el escritorio, un arma en su mano, unas manos que tenían unos guantes de látex puestos, un ambiente que lo hizo sonreír con placer y una mirada perdida en su obra maestra. El blondo admiraba la escena sangrienta que estaba frente a él con una leve sonrisa, todo se veía tan perfecto y hermoso. Justo antes de que la castaña entrara a su casa él alaciando a meterse sacándole un gran susto, se puso los guantes ante sus horrorizados ojos y cuando además miró cómo sacaba la pistola que king guardaba en su mueble intento correr. Lastima que antes de que pudiera gritar o siquiera escapar recibió un disparo en la cabeza
—Nishishi— sus oscura risa hizo eco por las cuatro paredes haciéndolo estremecer y excitarse por la escena con color rojo
Ella no era la culpable, pero merecía ese final por la maldita que había sido en la vida. Todo estaba tan bien acomodando como si hubiera sido un suicidio y lo mejor era que lo único manchado de sangre había sido su mejilla. Toco el líquido rojizo con esa misma expresión perdida y lo miro, una lenta pero torcida sonrisa empezó a aparecer en su rostro, o mierda, había disfrutado tanto de hacer eso
Solo se limpió su mejilla guardando el papel en uno de sus bolsos para no dejar pruebas y dirigió sus ojos hasta la muerta castaña. Tenía los ojos violeta bien abiertos, no había brillo en sus esferas, el arma estaba perfectamente amoldada en su mano mientras la sangre se esparcía hasta gotear. Salió por la puerta y una vez estuvo afuera se quitó los guantes y los guardo. Solo quedaba irse hasta la funeraria como si nada hubiera pasado
*yo escribiendo esto*
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Perdón si no quedó bien, las muertes no son lo mío QwQ
