Complejo De Beta (Omegaverse)

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¿Le diría? Dios, ella observa el último mensaje, la confirmación de que se encontraría con su amiga. Los nervios le hacen cosquillas en la garganta, a nadie le había hablado del tema desde hacía mucho tiempo... solía ser de esas conversaciones que quedaban bajo el banquillo. Todo el mundo sabía que había algo raro, pero nadie se atrevía a preguntar por ellos.

La fémina enrosca un mechón de su cabello con su dedo y se pregunta si realmente es una buena idea.

Si debe ser franca, no es un secreto, pero es algo oscuro y pesado, para ella, al fin y al cabo.

Desde pequeña, el olor a su alrededor de ella siempre ha apestado a omega. A fin de cuentas, es hija única de un omega marcado que fue dejado por el que debía ser su padre. Desde que era una niña pequeña, lo único que vio y lo único que recordaba con nitidez de su madre biológica, eran sus ojos llorosos fijos en la puerta esperando que el alfa que debió ser su padre entrará por ella.
Era un omega marcado, al final... la enfermedad del abandono le corrohió la salud y cuando ella alcanzó los ocho años, ocurrió el accidente, del que su madre no pudo resistirse, después de tanto tiempo sin los comandos de su superior, su alfa.

Un rencor agudo a los alfa comienza a dormir en su corazón, pero no tuvo tiempo de brotar adecuadamente.

Fue adoptada por una vecina, omega, que también tuvo problemas con un alfa que no la trató muy bien que digamos. Ella se deshizo de él a tiempo y con lo único que se quedó fue con los sueños de tener crías algún día, una familia. Con miedo de confiar otra vez en otra persona, justo se encontró con la noticia del desafortunado destino de la pequeña huérfana y movió cielo, mar y tierra para darle un cálido hogar. Tras un tiempo, su madre pudo dejar a alguien entrar a su corazón. Un beta sin demasiada fragancia, por lo que el olor de su madre era el que siempre estuvo sobre su cuerpo, otra vez el de un omega. Con ese beta, su madre tuvo dos omegas más, sus hermanitos, su pequeña luz.

Y fue cuidándolos, la primera vez que saco las garras y la sangre alfa que corría por las venas de Solange decidió mostrarse fue por ellos. Salvó a sus hermanitos de un par de betas que se estaban pasando de la raya, y pronto se ganó la reputación de ser una alfa agresiva por toda la escuela.

El alcalde de la ciudad era un alfista de mierda. No hay ningún mejor término para explicarlo. Y con los movimientos de empoderamiento de los omegas que comenzaron a remover la cultura nacional, él tomó medidas retrogradas.
Las escuelas privadas, que eran las de mejor calidad, comenzaron a tener becas de gratuidad solo para los y las alfas. La ciudad comenzó a dividirse y en la mayoría de escuelas de elite habían cientos de alfas y en las públicas se arremolinaban los betas y los omegas.

La chica, sin embargo, se negó a aceptar esa sucia beca y en lugar de ello se convirtió en la única alfa en una escuela llena de omegas y betas. Una alfa con menciones de "agresiva", además. Todos sus compañeros la veían con miedo y la trataban como algo superior. Omegas en su celo le habían rogado cosas indecentes y en el propio, sus profesores la obligaban a usar un maldito bozal, para que no se tentara con nadie, aún si con esa máscaras apenas podía respirar, ya que los supresores de calidad eran muy caros y los baratos le habían causado reacciones alérgicas que no podía soportar.

Lo odiaba, Dios, si que lo odiaba.

Cada maldito segundo en la escuela era un infierno hasta que Jobe y Eduardo la cobijaron como una amiga más.

Solo ellos y su madre sabían de todo lo que su corazón dolía cada vez que recordaba esos momentos.

Y ahora quería...

Ahora iba a contárselo a Mia.

Su dedo dibuja el borde del chocolate caliente que está degustando y se sobresalta cuando escucha la campanilla de la puerta de aquella cafetería.
La chica que esperaba ha entrado, solo espera que su nueva amiga entienda sus razones para sufrir tanto, el porqué odia ser una alfa y porque sufrió tanto esos días.

¿Pero cómo Mia podrá entenderla si todo lo que tiene es aquello que ella deseó por tantos años?