Arillo
Dabi mordió con bastante fuerza y poca delicadeza justo en la curva del cuello y hombro. Gemí, del dolor, pero eso parecía entusiasmarlo aún más; y eso a mí me encendía.
Sus dedos acariciando mi espalda baja pero cada tanto, rasgaba mi piel con sus uñas dejando seguramente una marca roja. Y con el trazo, el ardor al lastimar la piel.
Enterró su nariz en mi pecho, aspirando y gruñendo.
—Dios. No sabes de la manera en que voy a usurpar tu cuerpo. Lo voy a hacer mío. Voy a hacer que tengas abstinencia de mi —siguió con su voz ronca, dándome cosquillas.
Sentí como su risa interna llegaba a vibrar en mi cuerpo. Agarró con fuerza mis muslos y me levantó de golpe, quedando apoyada en su hombro.
—Auch —solté al sentir sus dientes morder mi trasero.
—Tengo esto al lado de mi cara, ¿piensan que no haré nada? ¿Hah? —impactó su palma en donde mordió. El ardor no tardó en llegar, quería sobar esa parte pero parte de mi no quería. Era excitante.
La mano, donde me tenía agarrada para no caerme, apretaba y soltaba mi carne varias veces, como si fuera algo antiestrés.
No lo soy.
Mi cuerpo reaccionó al sentir su lengua y luego, el frío impactar en el lugar húmedo.
No sé muy bien como ni cuando, ya estábamos en el cuarto, pero mi cuerpo no estaba en la cama, donde supuse que debería estar. Al contrario.—¿Dabi...? —giré mi cabeza para verlo, dudosa. El solo respondió con su típica sonrisa de arrogante.
Volvió a girar mi cabeza y ahora con su cuerpo apretó el mío contra la ventana. Mis pechos dolian por la presión que ejercía el vidrio y la fuerza de él.
Sentí su aliento en mi oreja.
—Me gusta el espectáculo.
Sus manos acarician mis caderas con burla y de un tirón me quita la tela que estaba usando.
—Esto también molesta —desabrocha con rapidez el corpiño dejando mis pechos al aire.
Vuelve a empujarme contra el vidrio.
—Nos van a ver. Tengo vec-
—Es la idea. Marcar territorio.
Su rodilla fue subiendo entre mis piernas, abriendo paso y excitandome. Siento que voy a morir en cualquier momento.
Mordí mi labio, ahogando el deseo y gemidos que intentaban salir.
Ahora él, bajó toda la ropa de un tirón de mi parte baja. Me hizo levantar mis pies para quitar por completo los pantalones junto con la ropa interior.
Abrí los ojos al sentirlo tan bruscamente.
—¡Espera, el cond-
—Sh —hizo en mi oído. Gimió en él y mordió mi lóbulo.
Sus gemidos... sus gemidos... ¡oh Dios santo!
Gruñó a la vez que entraba y salía de mí, con fuerza pero secamente. Su mano izquierda apretó mi pecho y con la otra agarró la carne en mis caderas.
Mordí con más fuerza mi labio. Mis ojos se estaban nublando del placer que sentía.
Me obligó a dar un paso hacia atrás, saliendo de la ventana y tuve que apoyarme en el marco de lo brusco que volvió a penetrarme. Con sus dos manos ahora en mis caderas, tenua más firmeza y estabilidad para ir con todo. Casi que sentía su miembro tocar mi cervix. Dolía..., pero era mezclado con el placer.
Sus estocadas fueron más fuertes y bruscas. Más salvajes y necesitadas. Sus gemidos y respiraciones más altos y profundos.
—Vas a matarme en cuanto sigas apretandome tanto ahí dentro, __(tn) —suspiró.
Sentí mi cuerpo pedir más y más, haciéndome mover mis caderas en busca de eso. Se me fue imposible retener los gemidos que salían de mi interior. Eran necesidad.
—Da-Dabi —llamé.
—Shh —respondió entre cortado y como pudo—. Lo sé. Pero todavía no.
Me decepcioné bastante al sentir que salió de mi. Pero todo fue arreglado al notar sus intenciones.
Me dio vuelta y levantó una de mis piernas con su brazos, volvió a penetrarme y clavó sus ojos azules en los míos. Me deshice en mil pedazos por dentro. Me apoyé en él mientras que seguía entrando y saliendo, cada vez más rápido, cada vez más fuerte.—Más. Más.
En su puño atrapó mi cabello y me hizo estirar mi cuello, con la vista al techo. Mordió y succionó mi cuello. Gimió en el también.
Llegué. Yo... llegué. Solo dos veces en mi vida había sentido un orgasmo de esta manera. Dabi me hizo volver a sentirlo. Buscó mi boca y me besó, luego se separó apenas, respirando agitado y sonrió.
—Ahora sí eres mía.
•••
¡hola y adiós!

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Átropos || Dabi Y Tú
Fanfic-Átropos. -¿Qué? -preguntó confundido. -Átropos quiere decir cuando algo es inevitable, inexorable, Dabi -expliqué burlona, por lo idiota que es a veces. -¿Y qué? -Nuestro encuentro fue átropos. ••• ¡Obra hecha totalmente por mi! No se aceptan copia...