[SPOILERS DEL MANGA] Takemichi ha logrado salvar a Mikey. De vuelta en el futuro, Chifuyu y él mantienen una conversación y acaban llegando a la conclusión de que, contrariamente a lo que pensaban en un principio, es posible elegir el momento exacto...
NdA: JELOU. Habemus minific de tres partes: es un poco más serio de lo habitual, pero juro solemnemente que el drama no pasa del primer capítulo y que después todo será bastante happyflower. No uso sufijos con nadie PERO sí con Baji cuando es Chifuyu quien se dirige a él, porque me encanta. La canción que da nombre a la historia es de David Guetta y Sam Martin.
Disclaimer: Tokyo Revengers es de Ken Wakui.
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"Just close your eyes and hold your breath
because it feels right".
"Cierra los ojos y contén la respiración
porque se siente bien".
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Chifuyu es un tipo con recursos.
Nadie lo considera precisamente brillante. "Brillante" no parece el término indicado para describirlo. Si lo fuera, las estupideces que ha hecho a lo largo de su trayectoria podrían contarse con menos de siete cifras. A pesar de ello, todo el que ha trabajado con él reconoce que es alguien a quien conviene tener de aliado. Escurridizo. Confiable. Discreto a la hora de guardar secretos bajo llave. Lo bastante ágil mentalmente como para poder sobrevivir a una partida endemoniada aunque le hayan tocado unas cartas de mierda, porque se las ingenia para obtener el mejor resultado posible dentro de las peores condiciones imaginables.
Precisamente, una de las cualidades de las que más se enorgullece es de poder pensar cuando tiene que hacerlo rápido.
Tomar la decisión de hablar con Takemichi, sin embargo, le lleva casi dos semanas. Casi dos putas semanas mareando la perdiz. Con sus trece días y sus trece noches. Atención al matiz: habla con Takemichi casi todos los días, pero no aborda el tema al que ha estado dándole vueltas desde que su amigo regresó del pasado y se desplomó de alivio al descubrir que Mikey seguía vivo, que se había hecho cargo del Dōjō de los Sano y que mantenía un estrecho contacto con sus amigos.
Demasiado estrecho, en opinión del propio Mikey.
Cuando los gemelos no lo invitaban a cenar ramen después del trabajo, Mitsuya le pedía que se pasara por su ático para que hiciera de modelo (normalmente para alguna colección infantil). Pah-chin y Peyan acudían a él cada dos por tres con la intención de despotricar sobre el cliente más pesado que hubiesen tenido ese día frente a una copa (o un vaso de gaseosa con granadina de fresa, en el caso de Mikey), Hakkai lo saturaba con fotos de sus viajes y Draken lo arrastraba a su taller para que probase las motos que a Inupi y a él les resultaban más difíciles de reparar. Chifuyu y Kazutora, por su parte, eran los responsables directos de que Mikey se hubiese dejado liar y hubiera acabado adoptando a tres gatos enormes y atigrados que lo seguían a todas partes, acurrucándose junto a él incluso en verano, como si ellos también supieran que proporcionarle espacio y soledad podía acarrear consecuencias terribles para todos. Por si fuera poco, el Takemichi de aquella línea temporal había puesto todo su empeño en que Mikey pasara más tiempo en el piso que Hina y él compartían que en su propia casa.
