XIII. theo

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FEYLA MIRABA UN punto fijo en la pared, parecía ni siquiera pestañear, su rostro se veía demacrado y casi muerto, se estaba desvaneciendo acostada en esa cama, se sentía muerta, deseaba estarlo

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FEYLA MIRABA UN punto fijo en la pared, parecía ni siquiera pestañear, su rostro se veía demacrado y casi muerto, se estaba desvaneciendo acostada en esa cama, se sentía muerta, deseaba estarlo. Theo peinaba su cabello con cuidado, intentando no dañarle con la peineta entre sus manos.

─ ¿Necesitas algo mamá?─ Preguntó dudoso, la mujer negó con lentitud, Theo mordió su labio, odiaba verla así, su madre merecía ser feliz.─ Mamá, siéntate y mírame, por favor.

Feyla se removió y se sentó, con mucho esfuerzo se enderezó y conectó su mirada con la de su hijo, y Theodore casi sintió su cuerpo entumecido ante los ojos de su madre, nunca en sus años de vida vió una mirada tan vacía y rota. El niño tenía diez años, casi once, era joven, pero era maduro, debía serlo en esas circunstancias.

─ Te amo mamá.─ Murmuró y ella intentó elevar las comisuras de sus labios, pero no pudo, fue un intento de muchos otros.─ Y sé que ya no eres feliz. Sé que sigues aquí por Ben, Chleo y por mi, porque estás cansada, sé que estar muy cansada, y solo quieres irte, quieres morir, lo entiendo ¿Si? Lo entiendo mamá, y quiero que seas feliz, aún cuando no estés aquí. Y está bien mamá, puedes descansar, puedes rendirte, no te odiaré por ello, sé que los chicos tampoco, estaremos bien, la tía Maggie, la tía Emily, Mich y el tío Daryl nos cuidaran, el abuelo Aaron vive con nosotros así que nos cuidará también. No debes seguir luchando, eres la mujer más fuerte que ha existido ¿Lo sabes, cierto? Y papá está muy orgulloso de ti, lo sé, y sé que quieres estar con el, puedes irte con él, lo entiendo, enserio lo hago.

─ Theo...

─ No mamá.─ El chico la interrumpió, era casi tan terco como su madre.─ Está bien, enserio, está bien, te amo, no importa lo que hagas o decidas, te amaré siempre, y te perdonaré.

─ Yo también te amo.─ Susurró con su voz quebrada, agarró el rostro de su hijo entre sus manos y dejó un lento beso en la frente de Theo, el niño intentó ocultar las crecientes ganas de llorar que lo invadían, sonrió, le sonrió de forma tranquilizadora.

Tal cual lo hacía Ron.

─ Está bien mamá, puedes descansar.─ Dijo y salió de la habitación, dejando a Feyla sola en aquel dormitorio vacío, dejándola con un hueco aún más grande en su corazón.

Se negaba a hacerlo, no podía hacerles eso.

Pero quería hacerlo.

aeternum ❜ ❪ ron anderson ❫ ✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant