7/5

786 122 43
                                    


–Maldita sea, Jimin, esto es importante. No puedes dejar caer una bomba como ésa cuando estamos haciendo el amor y esperar que todo siga como si nada hubiera pasado.

Jimin no pudo sostener su mirada y apoyó la barbilla sobre las rodillas. Había intentado ser fuerte. Con cualquier otro hombre lo habría logrado, pero no con Yoongi.

–Jimin –dijo Yoongi en voz baja–, hay una cosa que no consigo entender, ¿por qué con la reputación que tienes no has disfrutado hasta ahora plenamente del sexo?

Jimin levantó lentamente la cabeza de las rodillas. Se sentía avergonzado, pero sostuvo su mirada.

–¿Te acuerdas de aquella noche de la fiesta? Tenía dieciséis años e intenté seducirte.

–No es algo que me guste recordar demasiado –Yoongi asintió tristemente con la cabeza–. Hice lo que creí más correcto. Sé que fue un poco duro para ti. Muchas veces he pensado que, si me hubiera comportado de otra forma, quizá no te habrías ido con Daniel Kang.

Jimin se levantó de la cama, arrastrando la sábana con él. Quería ponerse la ropa, pero de ningún modo vestirse delante de Yoongi.

–Aquí tienes –dijo Yoongi, dándole su albornoz, que estaba colgado detrás de la puerta del cuarto de baño–. Ponte esto.

Jimin se lo puso y se ató el cinturón. Era demasiado grande para él.

–Te pareces a Suran cuando se pone a jugar con los vestidos de mi madre.

–Me gustaría poder volver a su edad para empezar de nuevo –dijo Jimin con una sonrisa triste y melancólica–. Quizá no cometería los mismos errores.

–Todos cometemos errores, Jimin. La vida es así: vivir y aprender de nuestras equivocaciones.

–Debería haberte hecho caso aquella noche –dijo Jimin–. Debería  haber tenido en cuenta todo lo que me dijiste. Pero no, hice todo lo contrario. Era tan rebelde entonces... Estaba tan dispuesto a demostrar a todo el mundo que podía hacer lo que quisiera. Pero estaba equivocado, terriblemente equivocado.

Yoongi sintió un malestar por dentro. Aquél era un lado de Jimin que nunca había visto antes: su lado vulnerable. Atrás quedaba el joven duro y seguro de sí y en su lugar aparecía un joven que se lamentaba de que el mundo lo había tratado mal. Guardó silencio para que Jimin continuara, sintiendo un nudo en la garganta como si una mano le estuviera apretando el cuello impidiéndole respirar.

–Acostarme con tu amigo fue algo de lo que siempre me he arrepentido – dijo Jimin, mirándolo con sus ojos verde bosque impregnados de dolor–. No resultó como había pensado. Quería vengarme de ti por haberme rechazado y, sin embargo, yo fui la única víctima.

Aquella mano invisible que tenía Yoongi alrededor del cuello pareció apretarle un poco más.

–¿Te hizo daño aquel malnacido? –preguntó Yoongi.

–No, al menos no fue esa su intención. Tú tenías razón, Yoon. Yo era demasiado joven para tener relaciones sexuales. No estaba preparado emocionalmente. Dejé que alguien, al que apenas conocía, jugara con mi cuerpo. Me quedé tan avergonzado cuando terminó todo... Estuve llorando durante horas. Pero luego, en vez de aprender de mi error, volví a reincidir en él, y de repente, cuando sólo unos días antes nadie quería saber nada de mí, me convertí en el chico más popular de la ciudad. Supongo que era una manera de llamar la atención.

Yoongi cerró los ojos durante unos segundos y los abrió después como si volviera del pasado después de haber estado viajando a través del tiempo.

Boda para dos //YM//AdaptaciónKde žijí příběhy. Začni objevovat