Solo Mía

Comienzo

Finalmente llegamos a nuestro destino, no tengo palabras a lo que veo, no sé parece en nada a lo que me imaginaba pensé que volveríamos a estar bajo tierra. Pero la mansión es muy bonita.

-Te gusta, será nuestro nuevo hogar -

-Pensé que viviríamos en una cabaña, bajo el suelo- Se tensa Douma.

-Una cabaña jajaja, nunca viviría en una pocilga como esa - Empieza a reírse nerviosamente, volteo a ver a Eliza y desvía la mitada al suelo.

-¿No es algo llamativa, que harás si viene alguien? -

-Estamos escondidos sobre la montaña y la única forma de llegar aquí es por el puente que cruzamos que da a una pequeña ciudad donde viven muchos millonarios así que la seguridad está al máximo y no cualquiera puede entrar-

Al terminar de explicarme entramos a la mansión, me deja sentada en el comedor.

-Eliza prepara algo para comer- Ella asiente y se retira, miró a mi alrededor.

-¿Y mi jardín? -

-Tranquila, está en la parte trasera con todas las flores que tenías y algunas extras-

-Esta bien, pero quisiera darme un baño-

-¡VAMOS...!-

-Sola- me mira con ojos de cachorro pero me niego rotundamente.

-Pero te tardas mucho en bañarte, conmigo sería más rápido- agarra mi mentón con voz seductora, coloca su dedo en mi boca así que lo muerdo - ¡Auch! - Se lo ñame - Además no alcanzaría las cosas Shinobu-

-Si gusta puedo bañarla, mi señor - ambos volteamos a ver a Eliza, nuevamente siento a douma fastidiado

-¿Trajiste a Eliza para que sea mi sirvienta verdad?, ella me ayudará - Douma esta molesto y mira con recelo a Eliza, chasquea la lengua, me carga, se dirige hacia el baño, me deja en la ducha y se va.

Realmente se enojo pero no me importa, aparte he sentido la mirada de Eliza la mayor parte del tiempo y parece que tiene algo que decirme.
Me quita la ropa, llena la bañera con agua fría para después poner caliente, no dice palabras pero el ambiente es tenso.

-Eto, me gustaría decir que es un gusto conocerte pero la verdad me asquea la idea de tener a alguien mas aquí - empiezo la platica mientras juego con un patito de goma.

-No me he presentado como se debe - gira para verme a la cara - me llamo Eliza, sigo siendo una creyente del paraíso de nuestro dios Douma, estoy aquí para servirle, gusto en conocerla- lo que me faltaba otra loca.

-Tu cara dice lo contrario - sonrió - Por el dios Douma heee, eso significa que aún tiene su religión... -

-No su religión se ha desintegrado, yo fui elegida por el para acompañarlo en su nuevo viaje -

-Oooo, ya veo pero nunca pensaste que yo estaría aquí verdad, que pena arruine tus planes verdad - en todo momento mantengo mi sonrisa, ella tiene un rostro de poker pero se que esta molesta, no deja de apretar con fuerza el jabón que tiene en sus manos.

-Por supuesto que no, es todo un honor que mi señor quiera ayudar a una incapacitada inútil a salir adelante- maldita, él me tiene así para que no pueda escapar.

-Mmm, que simpática, es una lástima que la inútil tenga toda su atención - Empieza a tallar mi espalda pero aplica fuerza al hacerlo.

-Claro que tiene su atención, mi señor adora los juguetes y por su estatura y tamaño parece una muñeca - sigue limpiando mi cuerpo, pero ninguna dice nada solo nos matamos con la mirada, termina de ballarme y trae una silla de ruedas, me sienta en ella y caminamos hacia la sala, Douma parece leer un periódico.