¿Cuatro campeones?

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La primera clase de Defensa Contra Artes Oscuras, con el profesor del ojo chiflado, sería hoy. La mayoría estábamos bastante emocionados, pues los alumnos que ya habían tenido clase con él aseguraban que era una pasada.

Como siempre, Hermione me despertó suavemente a almohadazos. Bajamos a desayunar con los chicos.

—¿Qué toca a primera hora?— pregunté sentándome al lado de Neville, quien acababa de tirar sin querer un vaso de zumo.

—Encantamientos. Luego Transformaciones e Historia de la Magia— contestó Hermione sirviéndose un vaso de leche—. Después de comer tenemos Defensa Contra Artes Oscuras y Pociones.

—Hermione, es el tercer día de curso. ¡Cómo te has aprendido ya el horario!— dijo Ron disparando trocitos de su desayuno al hablar.

—No hables con la boca llena, Ronald— lo reprendió ella.

La mañana se me hizo larguísima. ¿Quién fue el listo al que se le ocurrió poner Transformaciones e Historia de la magia seguidas? En fin.

Cuando por fin llegó la hora de almorzar, los gryffindors de cuarto comimos a toda prisa para llegar pronto a clase, cosa nada habitual en nosotros.

—¿Y esas prisas?— preguntó Fred sentándose a mi lado.

—¿Vais a algún lado?— George se sentó a mi otro lado.

—Hoy es nuestra primera clase de... ¡cof, cof, cof!— me atraganté con la comida y Fred me tuvo que dar unos golpecitos en la espalda.

—Tranquila nena, come más despacio.

—Gra... ¿Nena? ¿Desde cuándo me llamáis "nena"?— inquirí.

—¿"Llamáis"? Ha sido él, no yo— objetó George levantando las manos como indicando que era inocente.

—Lo dije sin pensar— admitió Fred tan colorado como su pelo. George levantó seguidamente las cejas con una sonrisa traviesa.

—George, te vas a hacer un esguince en las cejas— me mofé.

—Tenemos nuestra primera clase con Ojoloco— explicó Ron emocionado, que había terminado de comer hace rato.

Me metí en la boca la última cucharada y miré a Harry, que todavía le quedaba comida en el plato, metiéndole presión. Hermione no había aparecido.

—¡Apúrate!— golpeé la mesa con impaciencia.

—Vale, vale— dijo soltando la cuchara, se levantó y agarró su mochila—. Vámonos.

—¡Por fin! Hasta luego, pelirrojos.

Cuando llegamos a la puerta de clase, todos estaban allí. La única que faltaba era Hermione, que apareció puntual.

—Vengo de la...

—Biblioteca— adivinó Ron.

Hermione y yo nos sentamos juntas en segunda fila, con Harry y Ron en la mesa de al lado. Los de Slytherin llegaron puntuales y se sentaron en los asientos restantes. Minutos después se empezó a oír el peculiar sonido sordo y seco e los pasos de Moody.

—Ya podéis guardar los libros. No los necesitaréis para nada— gruñó al entrar, agarró una tiza y escribió su nombre en la pizarra—. Alastor Moody. Os enseñaré defensa contra artes oscuras. Estoy aquí por pura iniciativa de Dumbledore. Ya está, punto y final. ¿Alguna pregunta? — dio un repaso a toda la clase con su ojo azul, pero como nadie se movió ni un centímetro continuó explicando—. En lo referente a las artes oscuras yo prefiero un enfoque práctico. Pero antes, ¿quién podría decirme cuántas son las maldiciones imperdonables?

Jokers [Fred Weasley]Where stories live. Discover now