Jokers [Fred Weasley]

Muchas pellas y un besito

Me dolían los ojos y tenía las mejillas y la nariz prácticamente petrificadas a causa de las lágrimas secas. Tardé casi una hora en salir del baño, cosa nada habitual en mí. Es más, fue tan raro para las chicas que llamaron varias veces a la puerta porque pensaban que alguien se había colado en la habitación.

—¿Lena? —dijo Parvati frunciendo el ceño cuando salí a abrir la puerta con una toalla enrollada al cuerpo.

—Hasta ayer ese era mi nombre —dije dejándola pasar, me comencé a desenredar el pelo sin vestirme a causa de la compañía—, creo que hoy también lo es pero deberíamos preguntar a Hermione para asegurarnos.

—¿Quién estaba al final? —preguntó Lavender entrando. Se paró en seco cuando me vio—. ¿Desde cuando Lena madruga para ducharse? Pensábamos que estarías enterrada bajo la pila de cogines y sábanas que cubren eso que llamas cama.

—¿Por qué ese tono de sorpresa? Habláis como si nunca me duchase.

—Están acostumbradas a que te duches por la noche —dijo Hermione entrando con un estuche de cremas que dejó en el cajón que la correspondía desde hacía años—. Además, normalmente llegamos tarde a desayunar porque te tengo que sacar de la cama a rastras. ¿Recuerdas esa vez que tuvieron que ayudarme Ginny y Angelina?

—Sí, no me hizo gracia ese cubo de agua. No suelo tener sed por la mañana.

—Creo que esa fue la primera vez que te duchaste por la mañana —se carcajeó Lavender con su habitual vocecilla de pito.

—En mi defensa diré que se le ocurrió a tus mejores amigos.

—Hablan tus celos, Herms, pero ya sabes que eres mi mejor amiga.

—Termina de vestirte —me apuró al ver que me iba a sentar sobre el váter para seguir hablando—. Este año no pienso esperarte tanto como el anterior. Soy prefecta y tengo que dar ejemplo y estar disponible en todo momento por si los de primero o cualquier otro estudiante me necesita.

—Pero si también tienen a Ron.

—Por eso mismo tengo que estar disponible.

Cuando terminamos de vestirnos bajamos a la Sala Común a esperar a Harry y Ron, que curiosamente bajaban al mismo tiempo que nosotras.

—Qué temprano —comentó Ron mirándome—, ¿has tenido una pesadilla?

—Ron, no hables tan rápido que te he visto más de una vez bajar al mismo tiempo que yo.

—A ver si conseguimos despertaros todos los días así de pronto, me gusta cuando el desayuno está todavía caliente.

—¿Siempre hay tanta gente a estas horas? —pregunté observando el cúmulo de gente que rodeaban el tablón de anuncios.

—No —Ron intentaba ver por encima de las cabezas con la bonita altura que se había dedicado a cultivar en verano—. ¿Han anunciado que Snape se retira o algo?

—¿Que pasa? —exclamó Hermione abriéndose paso entre la gente—. ¡Oh, por el amor de Merlín!

Iba a seguirla cuando sentí que tiraban de mí y de un momento a otro estaba colgando del hombro de alguien con un culo muy bonito.

—Me gustaría no abrirme la cabeza a estas horas de la mañana, pero si usted, amable secuestrador, no me baja me veré en la obligación de gritar y patalear hasta que me suelte.

—¿Por qué nunca eres así de educada con nosotros? —dijo Fred saliendo de la Sala por el retrato, que se despidió de mí confundida mientras los gemelos avanzaban hacia las escaleras.