Once.

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Jungkook se veía impresionante, llevaba un traje de seda negro elegante, que se pegaba a su cuerpo con adonis a la perfección, el mayor no sabía todo el dolor que YoonGi pasaba esos instantes por tan solo verlo de esa forma, éste estaba tan nervioso como para concentrarse en otra cosa.

YoonGi permanecía en silencio tratando de no estorbar, Jungkook arreglaba hasta el más mínimo detalle en sí, se notaba a mucha lejanía lo ansioso que lo ponía la situación, YoonGi sintió su pecho quemar en calidez, se sentía tan enamorado de su profesor que no podía dejar de sonreír.

—¿No es mucho? ¿Debería cambiarme? Tal vez lo mejor sería no ir...

YoonGi lo tomó de las mejillas y le sonrió con ternura.

—Tranquilo Jungkook, no estas solo, estaré contigo todo el tiempo —le aseguró, la incertidumbre en los ojos del mayor pareció disiparse y éste logró calmarse.

—Te lo agradezco —murmuró observándolo fijamente.

Antes de que pudieran fundirse en el beso necesitado que ambos deseaban, el celular de Jungkook comenzó a sonar, sin querer hacerlo se separaron, pero no lo suficiente como para que la vista de YoonGi no captara el nombre de Krystal en la pantalla. Preso del pánico y antes de que Jungkook pudiese contestar, golpeó su mano con tal fuerza que el aparato salió disparado contra el suelo, Jungkook apenas y pudo reaccionar sin poder creer que había pasado y porqué.

—¡Debemos irnos! ¡Se hace tarde! —gritó repentinamente YoonGi jalando el brazo de Jungkook en dirección a la puerta.

Se sentía apenado, pero no podía arriesgarse a que la profesora Jung se apareciera o que Jungkook hablara con ella porque, ¡No! ¿Qué tenía que ver ella con él? Una cosa era que lo quisiera alejar y otra es que estuviera tratando de robarse a su Jungkook, cosa que evitaría a toda costa.

Afortunadamente Jungkook no dijo nada más en respecto al atentado con su teléfono. YoonGi pudo ver cómo el mayor volvía a ser un saco tembloroso de nervios, ambos entraron en el auto, YoonGi sintiéndose por su parte un poco aterrado de conocer a la familia de Jungkook.

—Escuchemos música —propuso YoonGi, colocando una canción: falling like the stars, de su cantante favorito.

Jungkook pudo relajarse mientras escuchaba el sonido de la melodiosa y preciosa voz de YoonGi, olvidando momentáneamente la razón por la que estaba nervioso y concentrándose en el amor que sentía por el chico junto a él.

« ♪ »

—¡Jungkook! ¡Viniste! Estoy tan feliz de verte —una preciosa mujer de sonrisa cálida abrazó a Jungkook, YoonGi los miró con incomodidad.

—Yo también estoy feliz de verte noona —admitió el más alto alejándose—. Eh, noona este es YoonGi, m-mi novio.

Tanto como YoonGi y la hermana de Jungkook se sorprendieron ante la declaración, el corazón de YoonGi amenazaba con salir de su pecho mientras que sus mejillas se encendían de un rojo intenso, aún sin poder creer las palabras de Jungkook.

—Mi hermano... Siempre tan testarudo y valiente —susurró la chica—. Mi nombre es Kim Hyorin y soy la hermana mayor de tu novio.

YoonGi se sentía cohibido, su novio, ¿Lo decía en serio? De cualquier forma, estrechó su mano con la de Hyorin y le dedicó una tímida sonrisa.

—¡Hyorin! ¿Quién es? Llevas mucho tiempo ahí —una voz que pareció dejar de piedra a Jungkook se escuchó, YoonGi sostuvo su brazo brindándole caricias reconfortantes.

—Creo que lo mejor será pasar —Hyorin se hizo a un lado permitiéndoles el paso a la gran casa.

YoonGi pronto se sintió bajo los ojos de muchas personas quienes parecían juzgar hasta el tamaño de sus lentes, ahora entendía a Jungkook, las personas que se encontraban allí no se veían para nada amables, al contrario, sus rostros viejos no mostraba ningún signo de bondad, ¿Cómo es que Jungkook era tan bueno creciendo entre gente así?

—¿Jungkook? —una señora mayor se acercó a ellos, YoonGi aún sostenía a Jungkook quien se hallaba tan blanco como un papel, pudo reconocerla con facilidad y era tan obvio, la señora tenía su misma sonrisa atractiva y casi aliñada. —Mi hijo, ¡Has venido!

Ambos se fundieron en un tierno abrazo ante la vista de todos, YoonGi sintió su corazón saltar de felicidad al ver la sonrisa de felicidad de Jungkook. Las miradas de los demás presentes parecían aborrecer la escena y se sintió impotente, deseaba partirles la cara a todos los que los miraban así.

Las demás personas no dejaron de mirar incluso cuando estos hablaron solo entre ellos, incluso cuando Jungkook le entregó a su madre la cerámica que él mismo había hecho. YoonGi se mantenía en silencio hasta que la adorable mirada de la mujer se posó en él.

—¿Y este jovencito quien es? —preguntó con una sonrisa de genuina felicidad.

—Soy Min YoonGi, el novio de su hijo —se presentó fuerte y claro, queriendo ser escuchado por cada una de las escorias de la habitación que no tardaron en cuchichear.

La mujer pareció sorprenderse, Jungkook se tensó a su lado y Hyorin soltó una leve risilla, pero YoonGi se mantuvo fuerte y orgulloso de la declaración.

—Oh, ya veo, bienvenido, yo soy su madre —contestó con un poco de nerviosismo en su voz, YoonGi podía notar que la mujer se sentía nerviosa por lo que los demás pensaran.

El ambiente era incómodo, no pasó mucho cuando se alejaron de la celebración en cuestión, aunque la madre de Jungkook solo podía concentrar su atención en él, YoonGi por su parte se había entretenido hablando con Hyorin sin prestarle atención a los comentarios de los demás.

—¿Así que eres profesor? Es impresionante —alabó su madre con orgullo, Jungkook se ruborizó y asintió.

—¿Y te permiten dar clases? ¿A un homosexual? —el frío y pesado comentario creo una tensión, pues la madre de Jungkook solo bajo la cabeza y éste se tensó.

—Si, si se lo permiten —escrutó YoonGi—. Es el mejor profesor de biología analítica y práctica, graduado con honores y siendo uno de los nombres más respetados de la universidad más prestigiosa de Seúl, permitiéndose tener una vida cómoda, una reputación y un nombre que le abre muchas puertas —YoonGi lanzó los palillos sobre el plato y observó directamente al sujeto—. ¿Qué tiene usted? Trabajar como el puerco que es por un salario mínimo para luego arrastrarse mientras tiene las bolas de ser un homofóbico de mierda.

Todos cayeron en silencio.

—La comida estuvo deliciosa señora Jeon, me encantaría verla en otra ocasión, sin el séquito de arrastrados que quieren su fortuna, ahora mi novio y yo debemos irnos.

Sin más, YoonGi se levantó dejando a todos perplejos.

Profesor ;국기 [KookGi] ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora