XXXIV

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DYLAN

Mi ángel parecia un cachorro asustado, no podia verla asi, me arrodille a su lado y la abrace, estaba asustada y tenia miedo de algo, pero... ¿A que? Despues de algunos minutos se tranquilizó. La tome en mis brazos y la lleve a la cama, la recosté y me coloque a su lado, ella no podia dejar de llorar, levante su rostro y la hice que me mirara a los ojos.

—¿Que pasa? ¿Que esta mal?— necesitaba que me dijera que le pasaba o no iba a poder controlarme, tenía que saber que le estaba haciendo tanto daño.

—yo no...

Yo me había prometido cambiar y enseñarle a ser independiente y no iba a darme por vencido, pero desde un principio sabia que habia algo mas y creo que era el momento de saberlo.

–si quieres quedarte, debes decirme todo, sin mentiras.

Lexi bajo la cabeza y se puso a jugar con la sábana de la cama, creo que se estaba armando de valor, le di un poco de tiempo. Mi angel levanto la cabeza, la tristeza en sus ojos era preocupante, tenia una idea de que me iba a decir, pero ¿Por que le preocupaba tanto? Lexi por fin hablo.

—te deseo tanto Dylan, jamas habia sentido algo asi por algún hombre, pero tengo miedo...

—¿De que?

—de que me tengas asco, Howard, él y yo...

—¿Asco? ¿Estas bromeando?— acaricie su cabello —tranquila, no voy a juzgarte por no ser virgen, aunque la verdad cuando te conocí pense que lo eras.

—lo soy— cerro los ojos y suspiro —fisicamente lo soy, no he tenido sexo por  penetración, pero he hecho otras cosas.

—entiendo.

—Howard, él prácticamente me obligaba a hacerle sexo oral.

—¡¿Que?!— no pude evitar molestarme con las palabras de Lexi.

—no me gustaba, odiaba cuando me lo pedía, una vez vomité su camisa y el me abofeteo... Siempre me hacia sentir mal y decia que era pésima para el sexo oral.

—es un imbécil.

—no se porque lo dejaba manipularme, cuando termine con él, empezo un rumor en la universidad.

—¿Que rumor?— estaba demasiado molesto pero no quería demostrarselo a mi angel, pero ese imbécil desde mañana dejaba de tener cualquier tipo de relación con mi empresa.

—le dijo a todo mundo que el y yo nos habíamos acostado, pero eso no fue lo peor, les dijo a todo que lo hice por... por...

—esta bien— la atraje a mi cuerpo, la subí a mis piernas y la acurruque —estas a salvo conmigo.

—les dijo a todos que lo habia hecho con él, porque nadie quería acostarse conmigo, me hizo quedar como una rogona y urgida, todos se burlaban de mi, fue lo peor que me paso.

—ese idiota es un poco hombre ¿Por que no desmentiste todo?

—lo hice, pero muy pocos me creyeron, Howard era el mas popular de la universidad, asi que te ya te imaginarás.

—no te preocupes, ese imbécil sabra que no debió meterse contigo.

—Dylan—mi angel se bajo de mis piernas y se sentó en la cama, me tomo de las manos y las acarició —quiero estar contigo, te lo juro, dame otra oportunidad para hacer bien las cosas. No quiero ser esa mujer que corre a casa de sus padres al primer problema, quiero conocerte mas y saber si tu y yo...— levanto su mano a mi mejilla y la acaricio —solo te pido paciencia...

—la verdad— suspire —no pensaba regresarte a tu casa— tome la mano que tenia en mi mejilla y la acerque a mis labios —estaba alardeando, pero si estaba molesto, Lexi, debes decidir que quieres, ya tienes 24 años. Toma tus propias decisiones.

—lo se Dylan, quiero estar aqui, hacer todo lo que habíamos planeado— sonrió —quiero ser tuya.

—angel— no pude evitar sonreírle —eres mia desde el primer día que tropezaste conmigo.

DOS SEMANAS DESPUÉS

LEXY

Abri la puerta y me deje caer en el sillon de la sala de mi casa, desde que entré a trabajar con Dylan a sido un ir y venir, entre la oficina y la terapia no tengo tiempo de nada y eso me gusta, ahora me siento mas útil. Tyler es muy bueno, me hizo descubrir cosas de mi que no sabia y odio admitirlo, pero cada día que hablo con el me siento mejor conmigo misma. Dylan despidio a su jefe de finanzas y yo ocupe su lugar, en vez de ser resepcionista obtuve un cargo mas alto y con mas responsabilidades.

Me quite los tacones y camine a la cocina, saque una botella de agua de la alacena y empece a beberla. En estas dos semanas no había hablado con mis padres y me sentía muy bien. Me termine el agua y abrí el refrigerador para buscar algo de comer, de pronto mi celular sono, era Dylan.

—Hola.

—llego en media hora, la junta con MegaCars demoró mas de lo que pense, arreglate, te llevare a cenar.

—¿Por qué?— reí.

—firmamos el contrato y todo gracias a ti.

—claro que no, solo hice los números. El credito es para Antony.

—Es de ambos, pero Antony esta muy ocupado para celebrar, por cierto ¿Ya compraste vestido para si boda?

—no, iba a hacerlo mañana— me sente en uno de las banco de la barra de la cocina.

—¿Te puedo acompañar?

—¿En serio?

—si, por favor.

—claro que si, necesito tu opinión.

—perfecto, entonces nos vemos en media hora, prepárate.

—ok, estare lista para cuando llegues.

IncompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora