capítulo 36

1K 87 163
                                    

Las hamburguesas reposaban sobre la pequeña mesa frente a la ventana, el televisor estaba encendido y el aire acondicionado estaba a todo lo que daba, pero ni Alex ni yo le estábamos prestando atención a cualquier cosa que sucedía a nuestro alrededor, ambos estábamos escondidos debajo de las sábanas, moviéndonos a un apasionado ritmo impuesto por las caderas de Alexander mientras yo devoraba su boca, ni siquiera me había fijado en donde había caído mi ropa, no tenía idea de en donde estaba mi ropa interior, solo sabía que tenía el imponente cuerpo de Alexander sobre mí, a su miembro penetrándome con una apasionada fuerza que me tenía loca y a sus labios dándome fervorosos besos en los labios, estaba en mi propio paraíso y no deseaba abandonarlo por nada del mundo, al menos por esta noche.

—Larissa...

La voz de Alex llamándome me sacó de mi trance.

—¿Sí?

—Eres lo más maravilloso que me ha pasado en la vida.

—¿Por qué me dices eso?

—Porque quiero que sepas que estoy muy arrepentido por todo lo que sucedió, que yo... yo a ti te amo con todas mis fuerzas y que estoy desesperado, estoy muy desesperado por tenerte, por volver a ser los señores Pierre.

—Alex tú... tú me lastimaste.

—Lo sé —agarró mi mano y le dio un beso a mis nudillos—. Lo sé, pero te necesito, te necesito a mi lado.

Me tembló el labio antes de darle un abrazo, si bien no estaba lista para darle una respuesta, no podía negar que también lo extrañaba.

El sol se estaba metiendo por la cortina mal cerrada, el fornido brazo de Alex rodeaba mi cintura pegándome a su cuerpo y mis pies estaban congelados por el frío, pestañeé varias veces al sentir mi teléfono sonar en alguna parte de la habitación, abrí los ojos y observé a Alexander profundamente dormido, deliciosamente desnudo y con su rostro con una expresión pacifica, lentamente me salí de su agarre y caminé hasta mi bolso, era mi alarma.

—Oh no...

Corrí a toda velocidad hacia el baño, me pasé jabón por el cuerpo dos veces y amarré mi cabello con una simple cola de caballo para no perder tiempo desenredando los nudos, cuando abandoné el baño ya Alex estaba despierto, sentado sobre la cama con la espalda apoyada al espaldar observándome con una sonrisa ladeada.

—¿Has visto mi ropa interior? —le pregunté algo desesperada mientras sacudía mis pantalones.

Él solo se movió hacia una lado para sacar mi tanga de debajo de su cuerpo y me la arrojó, me la coloqué a toda prisa al igual que el resto de mi ropa.

—Larissa...

Levanté la cabeza para observarlo fijamente, tenía una sonrisa suave en su rostro.

—Te amo, gracias por esa noche.

—Creo que yo lo necesitaba tanto como tú —admití con una sonrisa antes de sentarme a su lado.

—¿En serio se acabó todo entre nosotros?

Yo abrí la boca para hablar pero después la volví a cerrar.

—Quisiera decir que sí, pero creo que ya quedo claro que aún hay amor aquí.

—¿Volverás a ser mi esposa?

—No te daré esa respuesta ahora —me coloqué de pie para buscar mis zapatos.

—¿Cuándo me la darás?

—Eso no lo sé, necesito tiempo.

Alexander se colocó de pie completamente desnudo y caminó hacia mí, se pegó a mi cuerpo me dio un fuerte abrazo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 20, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

entre librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora