capitulo 25

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Después de ayudarlo a organizar y limpiar la casa fuimos a descansar un rato en su cama, le conté lo que pasó con Aaron en la Reunión que tuvimos con los abogados, la indemnización de los Rudd y que prácticamente tendría que ahorrar desde cero para poder entrar a la escuela de cocina.

—Ese idiota de Aaron ¿Acaso no se dará por vencido? —dijo él mientras se relajaba debajo de mí, le estaba dando un masaje de espalda.

—Según él sí, me dejará en paz, pero cree que te aburrirás de mí y yo lo voy a buscar.

—¿Y tú crees eso?

—Cielo, si creyera eso ¿Estaría aquí dándote un masaje? ¿O estaría en mi casa matándome la cabeza por lo que dijo?

—Él cree que aún puede manejarte como antes, me encanta que le demuestres que ya no es así.

—Alexander yo... hay algo que deseo mostrarte, algo que aprendí cuando vi cierto video en la noche.

Él abrió los ojos para mirarme.

—Sexo oral... —le confesé.

Una sonrisa pícara se pintó en el rostro de Alexander.

—¿En serio me vas a cumplir una de mis mayores fantasías? —preguntó con algo de emoción.

—Por ti lo que sea —le dije mientras presionaba los músculos tensos de la espalda.

—Sí, dulzura, vuelve a hacer eso —balbuceó.

—¿Así? ¿O aquí? —mis manos bajaron hasta su lumbar haciendo presión.

Un gemido salió de su boca y eso, debía admitir, me excitaba.

—Te amo Alex, te amo demasiado.

—Yo también te amo Larissa, nunca dudes de eso.

Me levanté y le permití voltearse, me volví a acomodar sobre él y le di un caliente beso antes de deslizarme hacia abajo, besé su pecho, repartí beso en todo su abdomen, alrededor de su ombligo y agarré el borde del elástico de sus pantalones para deslizarlo hacia abajo junto con su ropa interior.

—Eres maravillosa, dulzura —jadeó un poco—. Hazlo despacio, no te atragantes en seguida.

Me relamí los labios, el miembro de Alexander estaba un poco duro y ya se levantaba un poco, lo rodeé con mi mano y empecé a masajearlo de abajo hacia arriba, con fascinación observé como se colocaba duro y más grueso, cuando sentí que estaba perfectamente levantado empecé a meterlo despacio en mi boca, al principio apenas si lo logré acomodar en mi boca, era muy grande y eso me intimidaba un poco, volví a intentarlo y esta vez logré acomodarlo mejor ya que entró más profundo.

—Mírame Larissa —prácticamente me lo ordenó.

Yo levanté la vista, Alexander me miraba de una forma que me hizo estremecer, sus ojos se veían brillantes y penetrantes, su boca entreabierta y su pecho subía y bajaba.

—Maravillosa, simplemente maravillosa.

Volví a concentrarme en lo mío, cuando ya iba por la mitad lo succioné un poco, en ese momento las caderas de Alex se impulsaron un poco hacia adelante, me alejé un poco y volví a meterlo en mi boca, cuando ya lo puedo sentir en mi garganta vuelvo a succionar.

—¡Sí! Delicioso —jadeó Alex sin aliento.

Cuando por fin agarré algo de ritmo el miembro de Alex se colocó tenso y sus caderas seguían impulsándose hacia adelante, las manos de Alexander se aferraron a mi cabello mi yo interior empecé a darme palmaditas en la espalda, lo estaba logrando, haría que se viniera en mi boca, escuché jadeos, escuché gruñidos y maldiciones pero trataba de no distraerme, cuando su semen salió yo me lo tragó por completo, era diferente, muy diferente a lo que había probado antes, pero por alguna extraña razón me gustó, lentamente saqué el miembro de Alex de mi boca y lo admiré, su cabeza está echada hacia atrás, su pecho subía y bajaba de manera irregular.

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