Suspire dando vuelta en la cama, desde hace un par de días había comenzado a tener insomnio y era un milagro que no hubiera despertado a Connie. Mis padres nos habían comprado camas individuales y ahora compartíamos habitación, Blue por su parte solía escabullirse en las noches para dormir junto a mamá.
Sabía que no iba a lograr dormirme pronto, aparte las sábanas y con cuidado salí de la habitación. Baje las escaleras, deteniendome de vez en cuando para asegurarme que todo siguiera en silencio.
Abrí el armario junto a la puerta principal, sacando mi bolsa de hockey, patinar era lo único que lograba calmarme lo suficiente como para ir a dormir.
Me puse mis skates y comencé a dar unas vueltas en la calle, aumentando cada vez mas mi velocidad y practicando mi forma de frenar.
Sentía el sudor correr por mi nuca cuando tome mi stick y un puck, al principio solo lo movia de un lado a otro antes de hacer drills cada vez mas complicados.
-Lindos movimientos- me asusté tanto que perdí el equilibrio, cayendo sobre mi espalda.
-¡Harley! ¿Estás bien?- Adam extendió su mano ayudándome a levantarme, esta vez no la rechace.
-Supongo que no soy la única que práctica a estas horas- él sonrió timidamente antes de asentir.
-Voy a dejar al equipo titular- me dijo repentinamente.
Le miré sorpendida -¿Que dice tu padre sobre eso?- Adam se encogió de hombros.
-El no estaba feliz al principio, pero tenías razón. Me estaba convirtiendo en una persona horrible. Los Ducks han sido los únicos amigos reales que he tenido y cuando me uní a ellos hice una promesa. Me prometí que siempre haría lo correcto, intentaría ser la mejor versión de mi mismo y no podía cumplir eso si seguía en ese equipo-.
Me dio una mirada triste antes de sentarse en la acera, tome asiento junto a él y ambos admiramos las estrellas. -Herí a las personas que más me importaban, te hice daño Harley y no puedo decir nada más que lo siento, en verdad lo hago-. Asentí, girandome para mirarle. -Está bien, Adam-.
-Podemos empezar de nuevo- me dijo con una sonrisa, extendiendome su mano -Soy Adam Banks, tengo 15 años. Me gusta el hockey, las películas de C.Thomas Howell y el pastel de calabaza-
solté una risa, estrechando su mano -Soy Harley Shepard, tengo 15 años, también me gusta el hockey y creo que el pastel de calabaza es asqueroso-.
(...)
-¡Despierta, solecito!- solté un gruñido ante el grito de Connie, ella era una persona que amaba las mañanas y yo claramente, no lo era.
-Déjame dormir, es fin de semana- ella ignoró mis suplicas y me sacó de la cama -Toma una ducha, yo elegiré tu outfit. Guy vendrá por nosotras, ¡Su padre le ha prestado el auto!-
Guy manejando, eso no podía terminar bien.
Mire el atuendo que Connie había elegido para mi, unos pantalones deportivos, mis tennis blancos... y mi jersey del distrito 5.
Ella debió de ver la mirada que puse pues me besó la mejilla antes de decir -Úsalo por mi ¿de acuerdo?-.
Completamente vestida bajé a la primera planta, donde todos se encontraban tomando el desayuno -Siempre me gustó ese jersey- me dijo mi padre con una sonrisa.
-Si, a mi también-.
Déjenme decirles una cosa, Guy era horrible al volante pero Connie parecía encantada en el asiento del copiloto.
Cuando por fin nos detuvimos, ni siquiera me moleste en ver a donde nos había llevado, lo único que quería era salir del auto.
-¿Tuviste un buen viaje, reina del hielo?- Ver a Leo no fue lo que me sorprendió, si no que estaba usando un equipo completo de hockey, al igual que Gus, TJ, Piper y Rachel, mientras que los ducks intentaban mantenerlos en pie. Guy me tomó del brazo -¿Qué esperas, Harley? Vamos a jugar-.
No entendía que era lo que estaba pasando.
-Primero necesito que me expliquen que es todo esto- Dwayne levantó a Leo del suelo soltando una risa -Lo haremos pero primero debes jugar, este chico esta en tu equipo-.
Miré a Connie y ésta asintió. Jugamos por lo que parecieron horas, nadie se preocupaba por el marcador o las jugadas, todo se trataba de divertirse y yo me sentía mas viva que nunca. -¡Esto es tan divertido!- Rachel resultó ser muy buena y no dejaba de repetir esa frase una y otra vez.
-¡Ya era hora, Conway!- Russ me señaló a Charlie quien acababa de llegar junto al entrenador Bombay, sonreí. Ya estábamos completos.
Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.
Cuando ninguno de nosotros pudo moverse más, todos terminamos recostados en el piso, con sonrisas en la cara -¿Ahora van a decirme que es todo esto?- les dije mientras me sentaba.
-¿Odias el hockey?- me preguntó Fulton de pronto. -¡¿Que?! ¡Por supuesto que no!- le contesté rapidamente.
-¿Entonces porque dejaste el equipo?- me pregunto Julie dulcemente supongo que no podía balancear ambas cosas, creía estar segura de lo que quería pero ahora sé que no lo estoy, ni de cerca-.
-No tienes que elegir- me dijo Charlie, extendiendome una hoja, estaba decorada con mis colores favoritos y el encabezado decía "Horario especial para Harley".
-Tenemos todo cubierto- me explicó Piper -los ensayos nunca se juntaran con tus prácticas, te tomará menos de cinco minutos llegar desde el auditorio hasta la pista, podrás regresar con Leo después de la práctica y no tendrás que esperar el autobús, tendrás tiempo suficiente para hacer tus deberes-.
-Y en caso de que se te dificulte alguna materia, Julie se ha ofrecido a ayudarte con biología, Charlie con Literatura y ya eres una genio con los números-.
Sonreí, sintiendo las lágrimas juntarse en mis ojos, las personas que tenía enfrente eran no sólo mis mejores amigos pero también las mejores personas que había conocido.
-Y en caso de que algo salga mal, lo arreglaremos, todos juntos-. Me aseguró Adam.
-¿Que opinas?- me preguntó Leo, apoyando su mano en mi hombro.
-Que puedo tener lo mejor de ambos mundos- le dije con una sonrisa, haciendo referencia a una canción que había escuchado en la radio.
(...)
-No hay forma de que vuelva a subirme a un auto con Guy- le dije a Connie.
-Me siento ofendido- me dijo el chico rubio.
-Yo las llevaré a casa, Chicas- nos dijo el entrenador Bombay sacando las llaves de su bolsillo.
Ambas lo miramos confundido -Sus padres me llamaron, voy a ayudarlos con el juicio- nos explicó abriendo la puerta del auto para ambas.
Al principio el camino fue tranquilo -Normalmente los casos de adopción toman meses, es un proceso largo y cansado pero debido a las circunstancias nos vemos favorecidos, es muy probable que seas una Shepard para el final del mes- le sonreí a Connie tomando su mano
-No puedo esperar a que seas mi hermana- me dijo con una sonrisa en el rostro.