5-✯HYDE PARK✯

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 Durante los siguientes quince días Ryder y yo hicimos algunos paseos agradables debido a todo ese asunto de que ninguno de los dos parecía tener amigos; yo por ser nueva en la ciudad y no conocer a nadie, y él porque...bueno, por esos problemas de los que no quería hablar.

Me sorprendió darme cuenta de lo bien que lo pasábamos juntos. Disfrutaba mucho de los viajes al centro de Londres, pero también me agradaba estar en la casa con él. Sobre todo cuando Jenifer no iba a la guardería. Ver a Ryder Montgomery de niñero era algo que toda persona debería debía ver aunque sea una sola vez. Eran tan dedicado con ella y también con Max que podría jurar incluso que a veces parecían sus hijos.

A veces se quedaba tardes enteras en el living jugando con Jen, le leía libros y la ayudaba a dar sus primeros pasos.

«Esto es malditamente tierno», pensé una vez mientras lo miraba hacerle caras raras antes de darle de comer. Lancé una pequeña carcajada y él alzó la cabeza. Quería que la tierra me tragara allí mismo.

—¿Te parece gracioso? —bromeó y sonrió.

Un manto caliente envolvió mi cuerpo y sentí que las mejillas me ardían. Asentí con la cabeza y él, con el ceño fruncido, sonrió aún más. Luego se volvió a Jen.

—Es...—intenté decir y tosí—, es lindo que cuides tanto de ella. Cualquier otro chico de tu edad se preocuparía por otras cosas.

—¿Qué tipo de cosas? —preguntó alzando una ceja.

—Ya sabes: fiestas, alcohol, sexo, drogas.

Ryder rodó los ojos.

—Sí, es verdad. Bueno, yo ya no necesito nada de eso. He tenido suficiente de alguna de ellas.

Abrí un poco los ojos. Lo miré por unos segundos, pasmada, acababa de dejar más que en claro que él ya había probado cada una de esas cosas.

Fiestas.

Alcohol.

Sexo.

Drogas.

Ninguna de esas palabras podría pasar por tu mente si mirabas esa escena de Ryder y Jenifer.

Era algo más como.

Ternura.

Dedicación.

Amor.

Sonreí para mis adentros. No cabía duda de que lo había juzgado mal desde el principio.

Dos semanas después de visitar los palacios, él planeó una salida al Museo Británico. Sé que no le agradó mucho ir y que obviamente se aburrió, pero aprecié el gesto de llevarme a un lugar que para mí era importante debido a mi amor por la historia. Y siendo honesta, ese museo en particular era excepcional, porque no solo te encontrabas allí con la historia cultural de Inglaterra, sino también te podías encontrar piezas históricas y fascinantes de continentes como América, África, Asia y el resto de Europa.

Luego de una extensa recorrida por el museo en donde pude apreciar cosas maravillosas como objetos de ciudades romanas de Pompeya y Herculano, algo me llamó mucho la atención del sector de Pompeya; un brazalete de oro con forma de serpiente enroscada y un enorme bloque de piedra que tenía tallado palabras en osco, que era una lengua extinta del sur de Italia. Sin embargo, era hablado principalmente por tribus.

—Sí, qué maravilloso —fingió exclamar Ryder apurando el paso mientras yo le explicaba lo que acababa de leer.

—Crees que es muy aburrido, ¿verdad?

Mi dulce destrucción [COMPLETA]Where stories live. Discover now