Capítulo 16

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Él se fue a las cinco de la mañana con la promesa de vernos después, su número telefónico estaba grabado en mi celular y podía hablarle cuando quisiera.

Mamá regresó muy temprano, dos horas después de que Yoongi se fue, me trajo algunos regalos y aparté unos guantes para dárselos a él.

Me refugié en mi cuarto más tarde y me metí a bañar con agua tibia.








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—Voy a salir —le dije a mamá—, quedé de verme con unos amigos en la plaza.

—Okey, pero ve con cuidado. —me respondió desde la cocina.

Caminé despacio, mirando cómo cada vez había menos adornos navideños por las calles.

Encontré a Yoongi sentado en una banca y corrí hasta su lado.

—Ya llegué, ¿qué hacemos?

Me senté a su lado y él me abrazó, después alzo mi bufanda cubriendo la mitad de mi cara hasta la nariz y bajó mi gorro hasta cubrir mis cejas; me hizo caminar detrás de él.

Estaba raro, como si no quisiera que nos vieran juntos.

—¿Te avergüenzas de mí? —pregunté cuando nos detuvimos afuera del cine.

Él me miró sorprendido y negó.

—Más bien me avergüenzo de mí. No quiero que la gente te juzgue mal por estar conmigo.

—Yoongi, a mí eso no me importa.

—Pero a mí sí, no me repeles. Vamos adentro.

Resoplé y asentí.

—Dame dos entradas para la sala cuatro. —habló hacia el trabajador.

El joven detrás de la cámara registradora miró a Yoongi de arriba a abajo, como si fuera escoria.

—¿Vas a pagar por ellas?

Su pregunta me molestó. Por supuesto a Yoongi también, que gruñó sacando su billetera.

—Claro que voy a pagar por ellas.

—¿Con el dinero sucio de tu padre?

—¡Tú... infeliz! —Yoongi lo tomó por el cuello y me asusté, su rostro estaba furioso.

Y aquí venía el Yoongi malo que no me gustaba, el que gritaba y tenía poca paciencia, el que no temía alzar un puño contra alguien.

—¡Suéltame o llamaré a seguridad! —amenazó el joven.

—Solo dame mis entradas, jodido hijo de puta.

—No, Yoongi, suéltalo por favor, no vale la pena. —le dije tomándolo de su abrigo.

—¡No! —gritó, asustando a los demás clientes— ¡Quiero que me dé mis entradas!

—Por favor Yoongi, vamos a otro lado.

A fuerzas lo soltó y asintió.

—¡Joder!

Nos fuimos rápidamente de ahí, yo aún podía escuchar a la gente cuchichear.

"Qué violento".

"De tal padre tal astilla".

"No tiene educación".

Me daban unas tremendas ganas de regresar y golpear a todas esas personas.

—Perdón... lo arruiné. —dijo en un tono bajo después de caminar por las calles un rato, más tranquilo.

—No fue tu culpa, ellos son tontos. —contesté y lo abracé por la espalda.













MALA VIDA. ➸yoonminWhere stories live. Discover now