Capítulo 24

5.3K 600 19
                                    

—¿Por qué has estado evitándome? —Yoongi me acorraló contra la pared del baño, y mi cuerpo tembló ante su toque— No puedes entrar en mi vida a la fuerza hasta tenerme a tus pies y luego votarme como si nada. 

Él se dio cuenta de la debilidad en mi postura y me soltó, el ceño fruncido había regresado a su rostro, me estaba viendo raro.

—Yoongi…

—¿Tienes miedo de mí? —preguntó, pasando su mano por sus cabellos—. Oh, ¿realmente?

No pude decir nada, y solo lo vi caminar de un lado a otro.

—Yo...

De pronto Yoongi pateó el bote de basura haciendo que se estrellase contra la pared. Me hice más pequeño en una esquina, mis manos estaban temblando.

—Te traté como lo más importante en este mundo, lo más preciado y frágil, y aún así me miras como mamá mira a mi padre.

—No es verdad...

—¡Lo es! —gritó, y quería esconderme dentro de uno de los cubículos— ¡No sabes lo difícil que fue todo este tiempo para mí! ¡No sabes cuánto miedo tuve! ¡cuánto miedo t-tengo aún ahora!

Yoongi se veía tan frágil que quería acercarme, pero no tenía idea de cómo reaccionaría.

—Lo siento...

—¿Sentir qué? ¿lástima por mí?

—No, lamento que no pueda confiar de todo en ti... es que tú... ¡No hiciste nada Yoongi! —le grité.

—¡Porque estaba protegiéndote! —por supuesto, me gritó de regreso. 

—No me grites... —pedí— no me gusta cuando me gritas. 

No me miró, no dijo nada, solo se lavó la cara con agua del grifo y se fue.

Era como aquellas veces en las que no teníamos nada. Él se iba, yo me quedaba.

Y yo tenía muchas ganas de alcanzarlo y decirle "te amo a pesar de todo".








●     ●     ●








—Solo fue un raspón, estarás bien.

La joven sentada en la camilla asintió y dejó que le pusiera una gasa en los raspones de su brazo, los que se hizo mientras jugaba básquet y caía.

La miré irse y guardé las cosas viendo el reloj, mamá pronto regresaría de su descanso y yo podría irme a casa a terminar el maratón de "Doctor House".

Bostecé con sueño mientras limpiaba todo.

—Ya regresé —mamá entró con una sonrisa—. ¿Te vas? —asentí y le di un beso en la mejilla; hizo un puchero—. No me gusta verte tan decaído, ya me vas a contar lo que te pasa.

—No me pasa nada. —respondí y salí con rumbo al metro bus.








●     ●     ●








La señora Min estaba sentada en el parque, se veía tan ligera como si nada hubiera pasado; no había ni un golpe en su cuerpo, pero yo sabía que, en él, escondidos debajo de vestidos largos, medias y blusas de manga larga, habían varios golpes y cicatrices.

Ella me miró y no supe qué hacer.

—Jimin —me llamó—, no huyas.

Caminé hasta ella haciendo una reverencia.

—Buenas tardes, señora Min.

—Buenas tardes Jimin. ¿Regresas de la escuela?

Asentí.

—Perdón si te asustamos el otro día —continuó—, me siento muy apenada.

Apreté los puños.

—¿Qué es lo que pasa con ustedes? Contigo y Yoongi. ¿Por qué no hacen nada?

—Él ha salido por robos y venta de drogas, ¿crees que unos golpes a su esposa e hijo lo retendrán?

—¿Pero es mentira lo de las drogas, no?

—No lo es. —mostró una sonrisa plana.

—Entonces Yoongi es también...

—No, no pienses eso de mi hijo, él sería incapaz de vender.

—¿Y consumir?

—Tampoco, meto mis manos al fuego por él, mi hijo es un amor y él está muy triste desde que no te ve.

—En realidad... me gustaría verlo un rato y hablar con él. —le dije, porque de verdad quería verlo, sentirlo cerca y que me abrazara como lo hacía.

—Él está en la casa, habla con él por favor. Vamos, te prepararé un té.

Asentí con una sonrisa, necesitaba decirle a Yoongi que, aunque dude un poco, mi estima hacia él es mucho más fuerte.

Quería decirle que lo amaba.












MALA VIDA. ➸yoonminWhere stories live. Discover now