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⌗ sugerencia: ❪ anónimo ❫ 𓏲 ！
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⌕ ﹏ ♥︎ 𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 ! 🦋
── Leila ── llamo Minju sacándote de la nube de pensamientos imaginarios en la que te encontrabas.
── Mhm ── murmuraste de vuelta como respuesta, sin ningún interés en tu tono o si quiera en la actitud.
── ¿En qué piensas eh? ── pregunto pero se quedó un poco pensativa y analizo la situación para sonreír de lado, con picardía ── Oh mejor dicho ¿En quién? ── elevó y dejo caer sus cejas en varias ocasiones, acercándose a ti para picotear tu estómago.
Frunciste el entrecejo fingiendo estar molesta por su broma y tomaste una de las almohadas de tu cama, estrellandola a continuación contra su rostro. Dando inicio así a una guerra de almohadas sin sentido alguno en su propósito.
Alguien tocó la puerta de la habitación compartida unos minutos más tarde y a continuación la cabeza de Yujin se dejó ver por un orificio de esta.
De alguna forma, un extraño sentimiento de calidez invadió tu pecho al ver el angélical rostro de la castaña.
── ¿Todo bien? ── cuestionó observando con burla a ti y a la otra femenina, pues tenían el cabello alborotado y ni hablar de su ropa.
Ambas asintieron dejando su pequeña pelea para mirarla como si de dos niñas pequeñas que acababan de hacer una travesura y fueron descubiertas por su madre se tratara. A continuación Yujin le dió una mirada extraña a Minju, pero está no pareció captarla así que le miro con una ceja alzada intentando analizar el mensaje que intentaba transmitirle. La más alta carraspeó y señalo con la cabeza en dirrección a la puerta y está vez finalmente ella si pareció entender ya que se levantó de la cama mientras murmuraba una excusa boba que ni si quiera lograste entender del todo. Solo mirabas toda la escena extrañada, ¡No entendías ni un poco de lo que esas dos se traían en manos!
Una vez que las dos estuvieron solas ella sonrió y tú por supuesto, imitaste su acción sintiendo que aquel sentimiento de calidez en tu pecho volvía a ser.
── Lei, ¿Recuerdas sobre lo que hablamos la otra vez? ── cuestionó tomando lugar junto a ti, golpeando sus muslos con un creciente nudo en el estómago.
── Lo recuerdo ── afirmaste mientras también afirmabas con la cabeza.
Tu corazón parecía querer salir de su lugar, ya que podías sentir como golpeaba con ferocidad contra tu pecho.
── Entonces- ── ella recién empezaba a formular cuando colocaste tu mano sobre la suya, que se encontraba vibrando debido a que movía sus piernas con inquietud.
── Sabes que no puede ser como quieres...queremos ── cortaste su oración antes de que pudiera decir algo más.
La castaña soltó un suspiro, viéndose extremadamente frustrada por tu respuesta.
── Estoy enamorada de ti ── confesó sin previo aviso y en ese momento podías sentir sus hermosos ojos clavados sobre ti, esperando una respuesta.
── Y yo de ti ── también confesaste, con el corazón en la mano y la fija mirada de Yujin sobre tus ojos, ya que habías sido valiente para mirarla directo a los ojos. ── Pero no lo sé, tengo miedo de lo que puedan decir ── entonces tu voz parecía estar a punto de romperse cuál cristal, al igual que tu dulce corazón.
── Entonces ¿Solo somos amigas y nada más? ── preguntó con ojos cristalinos, como si fuera una adivina y supiera lo negativa que hiba a ser tu actitud y respuestas a continuación.
Pero no fue así, ya que ni si quiera te molestaste en responder ni una sola palabra y el silencio que envolvió la situación ante eso, fue realmente incómodo. Ahn chasqueo la lengua ante tu inexistente respuesta, se sentía herida pero disfrazaba su dolor con una mirada fría y de desaprobación.
── Sabes que no puede ser de otra forma, Yujin.
El tono en el que salió tu respuesta fue aún más frío que los ojos con los que la chica te miraba.
── Eres tan cobarde ── ella limpio las lágrimas que daban inicio a correr por sus mejillas con sus muñecas ── Ni si quiera creo que me ames. Tu no me amas porque ni si quiera estás siendo fuerte por mi, pero no te culpo, supongo que no lo merezco.
Se puso de pie con firmeza y dió una última mirada nostálgica a tus cristalinos ojos, antes de largarse del lugar dando un energético golpe a la puerta al salir de la habitación.
Te dejo sola, ahogándote en tu propio llanto descontrolado mientras un creciente e infernal dolor de hacía más y más intenso en tu pecho. Siendo asfixiada por el sentimiento de culpa y las mismísima tristeza, que, podía ser más mortal que un arma.
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Estoy publicando este os re tarde, entonces disculpen cualquier error de redacción, ortografía y demás ∧＿∧
