32 -¡No fue zayn!

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Joder, porque entrar a su casa no era fácil, era muy buena patinando, pero no era buena para escalar árboles, y adema tengo malos recuerdos. Hacia frio... me frote las manos un par de veces y empecé a subir al árbol, no daba directo a su habitación, pero podía caminar hasta ella, si él podía entra en la mía sin avisar, yo podría hacer lo mismo. El sudor corría por mi frente, cuando finalmente quede frente al techo, puse primero una pierna y luego la otra, di un brinco y me agarre en una gárgola.

Camine unos metros hasta la ventana de su cuarto, primero me asome y no estaba, luego la puerta se abrió y ahí venia el, estaba de espaldas, era el mejor momento para saltar. Me impulse y caí dentro de la habitación, él se dio media vuelta, pero al verme su rostro se puso serio.

— Zayn—dije un poco insegura.

— ¿Qué haces tú aquí?—pregunto molesto.

— Yo quería pedirte una disculpa, por no creer en ti, por no tenerte confianza...

— ¿por qué lo harías? Después de todo soy un imbécil que piensa en sí mismo

— Me lo dijeron todo, sé que no fuiste tú... fui estúpida al tratarte mal, y tienes razón tu confías en mí, y yo no en ti, tengo ese pequeño problema.

— Hmmm ya.

— Te quiero, de verdad, y esto no lo veo como un amor tonto de adolescente, porque creo. que estamos algo crecido para andar en esas tonterías.

— Según tu... no soy más que un adolescente con delirios de pandillero.

— Lo siento—dije apenada.

— ¿te habían dicho que estaba en búsqueda de una rubia?—pregunto.

— Ohm... Louis me dijo que quizás tu ibas seduciendo rubias por la vida,

— Quizás... pero eres la primera chica rubia con la que he estado.

— ¿entonces?—cuestione.

— No lo sé... tú lo sabes.

— ¿cambiamos de papel? Eres tú la chica y yo el chico.

— Las noches son larga sin ti Brooklyn—dijo y su rostro se ablando un poco.

Yo me acerque un poco a él, mirándolo fijamente, era un poco difícil sostenerle la mirada, parecía que estuviera enojado, no decía nada... realmente me preocupaba saber cuánto había metido la pata con Zayn.

— ¡dime algo!—pedí con desespero

— Soy un hombre de pocas palabras, y no sé cómo expresar lo que siento ahora—dijo

— ¿y que sientes ahora?—pregunte

— No, lo sé, solo te examino, rubia, alta, ojos azules y labios rosados, además que tienes un lindo trasero

Yo rodé los ojos, parecía que estaba perdiendo mi tiempo aquí, solo quería estremecerlo y que dejara los rodeos, me estaba desesperando si él no me decía nada, solo me dedicaba a respirar hondo, tenía que aguantar, después de todo fui demasiado cruel con él.

— Discúlpame, de verdad, y tienes razón en hacer esto

— Esa siempre será tu—antes de que el terminara de hablar lo interrumpí con un beso profundo, el cual con los segundos se iba transformando en un beso apasionado y cargado.

Me separe de él lentamente, y lo mire.

— Si eso no te demostró nada, entonces será mejor que me marche, las calles están sola y nadie me acompañara.


De nerd a chico malo [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora