XLVIII.

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Sebastián...

Me despierto y veo hacia todos lados, pero Amalia no esta por ninguna parte, me levanto y me dirijo a la habitación, estaba seguro de que ella podría estar aquí, pero no esta por ninguna parte.

En este momento estoy realmente preocupado, quizá alguien entró cuando yo estaba dormido.

Regreso a la sala para buscar mi celular, lo encuentro en la mesa, lo tomo y le llamo a Amalia. Espero ansioso a que ella me conteste.

—¡Hola! ¿Dónde estás? Estoy realmente preocupado, pensé que te había pasado algo.

—No te preocupes, tu amada novia está bien, solo está comprando pizza para comer, pronto llegaremos —me dice
Evelyn.

—Está bien, las espero en casa, Evelyn no quiero que dejes sola a Amalia, no quiero que nadie la toque.

—No te preocupes, señor celoso y posesivo, pronto llegaremos, relájate Sebastián —. Me dice Evelyn antes de
colgar.

No quiero ser celoso, tampoco posesivo, solo quiero proteger a la mujer que amo, ella es hermosa cualquier hombre se
podría aprovechar de ella, eso es lo que realmente me preocupa.

Voy a la habitación y después me doy un baño, tengo que confiar en Evelyn, sé que ella cuidará de Amalia.

Amalia...

Compro dos pizzas enormes, quiero comer hasta no poder más, aunque sé que después tengo que matarme con el
ejercicio, abro el auto y dejo las pizzas en el asiento trasero del auto.

Después subo al auto, y me coloco el cinturón de seguridad, Evelyn me observa de una forma extraña.

—¿Pasa algo? —. Le pregunto mientras enciendo el auto.

—Tienes que decirme tu secreto, no puedo creer que Sebastián esté tan domado por una mujer.

—¿De qué estás hablando? —le pregunto muy sorprendida.

—Sebastián te llamo, dejaste tu celular y no quería que él se preocupara y le conteste, pero me habló de una forma tan desesperada, como si tuviera mucho miedo de perder lo quemás ama.

—¡Sebastián se despertó! Él debe estar muy preocupado, tenemos que apurarnos, no puedo dejarlo solo mucho tiempo.

—Pensé que Sebastián estaba raro, pero ahora me doy cuenta de que tú también —. Me dice Evelyn.

—No es nada, solo que lo amo, nunca me había sentido así, yahora no puedo pasar sin él, lo necesito como el aire, y él también a mí.

—Está bien, te entiendo amiga.

—Sebastián dijo, que me pediría matrimonio, aún no sé cuanto lo hará, pero me lo dijo ayer en la discusión que tuvimos.

—Quiero estar ahí, ¡amiga! Si eso pasa, serás una leyenda, en la universidad hicimos una apuesta con Sebastián. Él me dijo que primero muerto antes que casarse.

—Eso fue en la universidad, ahora el ha cambiado.

—Tienes toda la razón, ahora el es un hombre completamente diferente, espero que sean felices para toda la vida —. Me dice

Evelyn muy emocionada.
Llegamos al edificio, estacionó el auto en el parking del edificio, Evelyn baja sus cosas, yo me encargo de llevar la pizza.

Subimos por el elevador, llegamos al apartamento y Sebastián inmediatamente me ayuda con la pizza, la deja sobre la mesa y me carga en sus brazos, yo lo abrazo y beso su mejilla.

—Estoy bien, gracias por preguntar, Sebastián —. Dice Evelyn
de forma sarcástica.

—Lo siento, pero extrañaba al amor de mi vida, no puedo pasar tanto tiempo sin ella —dice Sebastián.

—Pero solo fueron dos horas, hablas como si hubiese sido un mes —. Dice Evelyn muy sorprendida.

Les pido una disculpa por el capítulo anterior, sé que no tiene texto, no sé cómo paso, se borró el texto, y en este momento no puedo eliminarlo, así que cuando termine la novela arreglaré eso.

Después de que Evelyn, nos viera raro por un momento, Sebastián sirvió la pizza y nos sentamos a comer, viendo una película. Después de pasar toda la tarde juntos, llega la noche y Evelyn se va a dormir en la habitación de invitados, Sebastián y yo nos vamos a dormir.

Al día siguiente...

TAN SOLO UNA NOCHEWhere stories live. Discover now