CAPITULO XIV

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*KYU JONG*
Este viaje fue muy importante para Ki y yo. Descubrimos que todo nos salía una naturalidad increíble. Era sorprendente no notar cómo pasamos de los saludos tímidos a los abrazos y nuestras manos entrelazadas o del silencio de no saber qué decir a las charlas sin sentido o a llamadas después de la medianoche.

Recuerdo el día en que nos conocimos como si fuera hoy: estábamos en un lago frecuentado por familias y parejas para andar en botes. Vi a Ki ese día con un cubrebocas y una boina, el resto de su banda había ido a buscar comida para hacer un picnic en el césped y estaba solo como yo. Cuando me reconoció, nos saludamos y de la nada decidimos probar uno de esos botes.
Y nuevamente estábamos aquí…

—Oh, este lugar… —Dijo al bajar de mi auto— ¿Te acuerdas? Wow, hacía mucho que no pasaba por aquí —Sonreía como un niño

—¿Quieres subir a uno de los botes?

—¡Por supuesto!

En medio del paseo y me lleno de valor decido hablarle seriamente.

—Mmm, Kiki… yo… desde hace mucho… yo… yo… —Me mordí la lengua para no parecer más patético delante de él y respiré profundamente— Kiki, eres muy importante para mí

—Tú también lo eres para mí, Kyu —Respondió con una sonrisa— Siempre me la paso genial contigo

—¿De verdad? —Asiente— Pero desde hace mucho te veo con otros ojos… —Tomé aire nuevamente— ¡Me gustas, Hong Ki! Quiero que seas mi novio, ¿aceptas? —Lo vi petrificado durante unos segundos y luego sonrió

—Sí, me gustaría

Realmente sentí que el tiempo se detuvo cuando nuestros labios se acercaron y por primera vez sentí su calidez en un beso suave y lento, como un tierno roce.

—Gracias, Kiki

*YOUNG SAENG*
Hoy me siento de maravilla. Supongo que el sueño fue reparador porque  el cansancio me venció al darme cuenta que desperté en la cama de Hyun, pero su lado está frío. ¿Él llegó anoche? Salgo de la habitación y me encuentro con el salón y la cocina organizados cuando recuerdo que Matic me dio problemas e hizo de las suyas sin su papá a la vista, mientras que Art no le hacía el más mínimo caso y los platos de comida sobre la mesa no estaban, en su lugar había una nota:

“Prometo regresar más temprano hoy”

Sonreí y comí el desayuno que me preparó. Mi día empezaba sin un beso de él, pero bien.

Vibra mi teléfono y veo el mensaje de mi estilista. Resoplé. No me voy a estresar.

“Han decidido que lances la nueva canción que llevas ensayando. Ven rápido a la agencia. Hay mucho que hacer”

¿Es en serio? ¿Por qué precisamente hoy?

Me dirigí hacia allá en mi auto y en la entrada estaba ella esperándome. Los saludos y las formalidades las dejó bien lejos y solo me escaneaba de pies a cabeza con la mirada.

—Has comido mucho en estos días —Me mordí el labio inferior y miré hacia los lados

—Noona, ¿podemos hablar de esto en otra parte?

Lo que le dije le importó muy poco. En todo el trayecto hasta el estudio de grabación no dejó de hacer mención a mi peso. Que si tenía que hacer ejercicio… dieta… calorías… nada de bebida… bla, bla, bla.

«No escuchen a esa bruja loca, mis niños»

—La verdad es que no puedo bajar de peso en estos momentos —Le dije para callarla y ella siguió

¡Salud, Saengie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora