CAPITULO XIX

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*YOUNG SAENG*
Me doy cuenta que mi vientre crece por días y no me cabe la duda de que en unos meses voy a estar rodando. Las fotos que pegué en la nevera son la prueba de ello.

Hyun ha cumplido con su palabra de llamarme todos los días y cada foto que me envía es sobre él comiendo, con una guitarra o saliendo del baño luego de bañarse. Él insiste en que yo coma bien, que descanse y no me preocupe por nada, pero no me trata como a un enfermo y se lo agradezco mucho.

Le está yendo excelente en su gira y su álbum me produce sentimientos encontrados. Hay soledad, tristeza, agobio, ruptura y también hay mucha ternura, amor, ilusión y esperanza. No sabría con qué palabra describir lo que me dejaron esas letras y no necesitaba de su confirmación para saber que algunas hablan de nosotros.

Así que resumiendo este tiempo que ha pasado: había ganado peso, lloro por cualquier tontería y ¡Hyun, ven ya!

Y cómo falta.

Tocan mi puerta varias veces y me recibe un Jun enrojecido y no sé si era por estar llorando o por estar rabioso.

—¿Qué pasó? ¿Es Min otra vez?

—Esta vez no es él. Es mi mamá —Suspiré y se sentó en el sofá— Dice que tenemos que casarnos

—¡¿Qué?! Si hasta hace poco Min comenzó a aceptar que será padre para que ahora le digan eso… ¿No se lo tomó bien, verdad?

—Exacto. Le sentó fatal —Agarró sus manos nerviosamente y desvió la mirada

—Jun… —Dije seriamente— ¿Hay algo más que me quieras contar?

—Pues… yo… después de salir de casa de mi mamá, fuimos a la de sus padres y…

—¡¿Qué hiciste, Kim Hyung Jun?!

—¡Dije que quiero casarme con él frente a sus padres!

—Hyung Jun, dime que eso no es verdad

—Lo dije

—Dime que no es verdad —Repetí— Qué va, necesito apoyo

En menos de quince minutos, Hong Ki llegó y bien alarmado por lo que ya le conté por teléfono.

—Vamos a ver, Jun, ¡¿te has vuelto loco?!

—¡Que no quiero casarme! —Exclamó— Fue… no sé. Me había molestado el hecho de que Min haya reaccionado tan mal ante mi mamá que… le solté lo primero que vino a mi mente frente a sus padres.

—Hyung —Me reí por el tono de Ki— Con eso no se juega, ni por venganza. Esta vez, comprendo a Min

—Ya lo sé

—¿Y qué dijeron? —Tercié

—Casi montan una fiesta y ya dicen que van a empezar con los preparativos. Imagínate: el hijo menor que parecía que se iba a morir solo por su personalidad, va a ser padre y además su novio le pide matrimonio.

—Dios —Seguí riéndome por lo bajo— Qué locura

—Esto va muy deprisa —Dice tocándose el vientre— Todavía no me puedo creer que vaya a tener un bebé y ya quieren casarme

—Ni yo…

—Ni que Kyu y yo seamos novios

Jun y yo giramos la cabeza muy despacio hacia Ki y el primero en hablar fui yo:

—¿Por qué se demoraron tanto? —Jun estalló en risas y chocó las manos conmigo

—¡El plan funcionó!

¡Salud, Saengie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora